Fuel Fandango dan otro paso hacia el amanecer de un nuevo género con Aurora, un álbum que combina flamenco, con electrónica, con pop, con música latina, con sonidos tropicales, con aires orientales…
Si de algo puede pecar Aurora es de ambicioso, y eso en mi mundo no es ni de lejos un error. Fuel Fandango han buscado untarle lustre al hoy tristemente deslucido flamenco, buscándole nuevo palos que lo emparenten con la música contemporánea. Tiene un problema el flamenco: se ha separado de la música popular, del pueblo. Los únicos pasos que se han dado hacia una reinserción han llevado al género a acabar con el diminutivo de –ito. No hace falta decir nada más.
Aurora es un álbum largo, de cincuenta minutos, una longitud temporal que supera por una docena los minutos que suele tener un LP. Dentro encontramos dos banderas: el flamenco y la electrónica. A partir de ahí, Nita y Ale se encargan de elevar otras a conveniencia del espectáculo. ‘Burning’ tiene aires latinos por ejemplo, y a nadie le extrañaría ver recitados algunos tramos de la canción por Shakira (por ejemplo). Que no se tome esto como un ataque negativo, hacer de una canción algo vendible y a la vez innovador es probablemente el culmen del arte: hacer algo único y que guste. ‘Salvaje’ fue el primer trallazo que conocimos de Aurora. Una de las mejores canciones de 2016 a nivel mundial, una canción que de nuevo, gustará a todos los públicos. Yendo más allá, yo, que no soy un fan de Eurovisión (más bien me repugna), me sentaría a ver orgulloso el evento si representara a España una canción así. Aquí Fuel Fandango han conseguido alcanzar, hasta la fecha, una de las cotas más altas de su carrera. Se puede transmitir emoción a la vez que se incita al baile. Genialidad. ‘Corazón’ oscurece el camino, y lo hace con sonidos de marcado carácter ochentero, con ramalazos funkys. ‘Toda La Vida’ vuelve a acelerar hacia la música de baile, sin renunciar a buenas letras, ni a estructuras más complejas que las que solemos encontrar en el pop. ‘La Primavera’ demuestra que abrir nueva gira en Ibiza no ha sido una mera casualidad, el rumbo de Fuel Fandango los ha llevado a terrenos electrónicos casi ignotos, con una serie de capas que se superponen de forma impecable. ‘Not True’ contiene uno de los trabajos más limpios en las guitarras de todo Aurora, y merece la pena detenerse en la deliciosa introducción, que nos acaba conduciendo a otra locura electrónica. Esta parte del trabajo se corona con ‘El Viento‘, en el que el dance es una realidad palpable.
Llegamos al último tramo del disco, y comienzan las colaboraciones estelares. La primera es de Niño de Elche, un genio revolucionario que se ha hecho conocido a golpe de talento. Su aparición en el álbum era una de las más esperadas, y a mí de inicio me dejó un tanto frío. Sin embargo a lo largo de las escuchas (no tantas como imaginas), su sonido va calando, su swing se irá deslizando entre tus neuronas para acabar quedándose en tu cabeza. Ayuda la base repetitiva, y por supuesto el sutil acompañamiento de Niño de Elche, que sin ser protagonista en ningún momento, se acaba apareciendo siempre en primer plano cual fantasma. ‘Today’ hace un regreso entre colaboraciones, y otra vez nos recuerda al pop de divas, con una melodía y un cante que bien podrían ponerse en boca de Rihanna o Beyonce sin que nadie se extrañara. Otro muro tirado por Fuel Fandango, otro tabú destruido. ‘Mi Secreto’ tiene ecos más que obvios -en la letra también- de ‘Salvaje’ y se arrima a sonidos tropicales y latinos. Aquí más que las divas citadas, uno no se sorprendería si fuera Gloria Estefan la que cantase. Mención especial a la percusión final. En ‘Medina’ llega la segunda y última colaboración, la de Estrella Morente. Una buena guitarra acompaña a Morente en el embolado, que tiene destellos arabescos y orientales, posiblemente inseparables del flamenco de raíces andalusíes, cuando la península era más que nunca una tierra de trasiego, incluso cultural.
No tengo la menor duda de que Aurora ha debido ser un trabajo duro para Fuel Fandango, aunque en este caso la dureza ha debido reportarles también placer, el placer de saber que están haciendo algo único. El álbum es capaz de unir estilos muy diferentes, primero los de Nita y Ale, y después aquellos que ellos mismos han ido adquiriendo en sus experiencias como Fuel Fandango. Hay ecos tropicales, tanto de América como de África, así como sonidos del lejano oriente. Con todo ello, y con los tabúes comerciales -aquí se vislumbra un gran trabajo en las mezclas por parte del mítico Steve Dub– se ha enfrentado el dúo, que ha salido victorioso, con un Aurora que marca el rumbo hacia nuevas tierras en las que terminarán por arreglar los pocos flecos sueltos que aquí han dejado. Se puede emocionar, se puede hacer bailar, se puede innovar, y por supuesto se puede gustar a las masas sin abonarse a la radiofórmula. Solo hay que tener talento y arrojo. Solo…