Desde el 17 de Mayo, el mundo entero se puede visitar en 46,800 m2 en la Plaza de la Constitución en México Distrito Federal, gracias a la sexta edición de la Feria de las Culturas Amigas, una exposición en la que algunos países nos ofrecen una probada de lo más representativo de su cultura.
Comida, bebidas, atuendos y artículos representativos son la carta de presentación de cada nación así como los espectáculos que nos ofrecen todos los días, shows llenos de alegría, color y risas que seguirán iluminando el zócalo capitalino hasta este 1o de Junio.
Pero sin duda, el espectáculo que se robó el corazón de todos este 25 de Mayo fue el ofrecido por el grupo de danza japonesa Ryukyukoku Matsuri Daiko México Shibu, ensamble de tambores que representa un estilo de danza folclórica originaria de Okinawa. Por casi una hora, el grupo se ganó la atención de los visitantes con la gracia de sus pasos y elegantes golpes de taiko (tambor), a ritmo de odas llenas de emoción que los acompañaban de fondo.
Tsunami- Ko, bailarina del grupo, explica que esta forma de danza y música surgió después de la Segunda Guerra Mundial a manera de cantos a la paz y a la felicidad, agradeciendo también a la misma naturaleza por las cosechas y su abundancia. Una gran forma de olvidar que Okinawa había quedado devastada a causa del conflicto.
Por lo anterior es fácil entender la alegría que se transmite en cada paso, la sonrisa en el rostro que le da una elegancia inigualable a cada uno de los integrantes y a su movimiento para hacer sonar las percusiones, que nace desde el hombro y termina rebotando en el taiko. Fueron aquellos elementos los que causaron impacto e hicieron que un gran número de personas se acercaran al escenario, logrando que Ryukyukoku Matsuri Daiko fueran los más ovacionados del día.
La calidad del espectáculo visual simplemente no podía estar completa sin la interacción con el público a quienes se les pidió levantar los brazos hacia un cielo gris, a punto de estallar en lluvia, y realizar un movimiento, diferente para hombres y mujeres. De izquierda a derecha los brazos de los asistentes a la feria se veían hondear desde el astabandera, ubicada en el medio de la explanada, hasta la orilla del escenario. De esta manera se demostró que Ryukyukoku Matsuri Daiko no solo fueron los más ovacionados, sino los que más espectadores lograron. Es muy probable que se vuelvan a presentar y que no nos sorprenda si son seleccionados para cerrar la exposición.
Sorpresas como estas son las que nos encontramos en una feria que logra recibir a millones de visitantes en un día. Conocer personas de todo el mundo, presenciar espectáculos que costarían mucho dinero y deleitar el paladar con comidas exóticas, cumple con el objetivo principal de esta feria: reforzar la amistad, cooperación y simpatía entre los países.