Pet Shop Boys y Ani DiFranco estarán en el Cruïlla Barcelona Summer Festival junto a Jamiroquai, The Prodigy, Twoo Door Cinema Club o Die Antwoord
El Cruïlla Barcelona Summer Festival contará con Pet Shop Boys y Ani DiFranco en su edición de este año, que se celebrará en el 7 y el 9 de julio. Dos nombres punteros, cada uno en lo suyo. Los primeros, iconos planetarios del pop sintético, vendrán impulsados por una trayectoria cargada de hits archiconocidos, carne de pista de baile (‘West End Girls’, ‘Suburbia’, ‘It’s A Sin0, ‘What Have I Done To Deserve This?’, 0Domino Dancing’, ‘Go West’ y tantos otros) y rematada por la excelente acogida que ha tenido su último trabajo, Super, publicado en abril del año pasado. El dúo británico formado por Neil Tennant (voz) y Chris Lowe (teclados) nació en 1981, pero no saco su primer disco, Please, hasta cinco años después, si bien en los dos años previos ya habían publicado sendos singles. Ese álbum de debut fue directo al Top Ten y abrió la puerta para que los dos siguientes, Disco (del mismo año, una recopilación de remezclas) y Actually (1987), unidos a una versión del ‘Always On My Mind’ de Elvis Presley, que fue número uno en varios países, los establecieran, en poco más de veinte meses, en un referente de la década de los 80. Introspective (1998) apuntaló esa faena. Luego, combinando felicidad con algo de melancolía, supieron moverse durante los 90 por la cresta de ola, primero con Behaviour (1990) y Very (1993) y luego con ‘Bilingual’ (1996) y ‘Nightlife’ (1999), estos dos más aventureros en el concepto, sin dormirse en los laureles ni caer en la nostalgia de repetir fórmulas que los habían llevado hasta lo más alto. El mismo espíritu que han aplicado a lo que han hecho este siglo (en el que, alejados del adocenamiento, se han mantenido bien prolíficos, añadiendo una decena más de títulos a su catálogo), y en el que destacan Fundamental (2006) y Electric (2013), este último, en un giro sorprendente a estas alturas de su película, con todo el foco dirigido hacia la pista de baile, en plan Krafter meets Giorgio Moroder, sin ninguna balada para coger aire. Un soprendente golpe (de autoridad) en la mesa que ha tenido continuidad con el al principio mencionado “Super”, el segundo tabajo seguido en el que, desde la solidez, se expresan como puristas de la electrónica, entre PCs, máquinas de ritmo y sintetizadores.
Por su parte, Ani DiFranco presentará en el Cruïlla Barcelona Summer Festival su nuevo disco, Binary, que se publicará esta próxima primavera. La estadounidense, cantante, multiinstrumentista, poeta, compositora, icono feminista, firmante hasta la fecha de dieciocho discos de estudio (más dos con Uta Phillips y numerosos directos, EPs…) y dueña de su discográfica (Righteous Babe) es otro icono moderno, igual que Pet Shop Boys, ella del folk-rock. Un género al que ha incorporado elementos de indie rock, punk, funk, hip hop y jazz, desde una visión flexible, versátil, siempre con gran libertad creativa. Mientras, sus letras han ido dando voz a la rabia y la conciencia social, poniendo luego hechos (es una firme activista) donde ponía sus palabras. Desde que a los 9 años, cuando tocaba en las calles por limosna y en los bares locales de su Buffalo natal -junto a su profesor de guitarra-, ha recorrido un intenso camino. Precoz (emancipada desde los 15 años, tres más tarde -en 1989- fundó su sello, sacó su homónimo LP de debut a finales de 1990) y muy constante, no paró de publicar y de girar durante tres lustros, que la establecieron como un referente de lo alternativo. Primero subió a los escenarios en solitario o como dúo; en 1996 pasó a trío y en 1998 a cuarteto, aumentado ocasionalmente con sección de vientos hasta 2002, con el que suele girar desde entonces. Se instaló en cierta cúspide (ha recibido nueve nominaciones en los Grammy, habiendo ganado uno) y fue desacelerando su sobreexposición: si en los 90 sacó diez discos, en la primera década del siglo XXI fueron seis y en esta, sin incluimos el inminente Binary, llevará tres. Así que se le tiene muchas ganas.