Un año más volvía el Primavera Sound a Barcelona en una edición que pasará a la historia del festival y a la memoria de todos los que allí nos congregamos por tener uno de los mejores carteles del año: Radiohead (en la foto de arriba), la reunión de LCD Soundsystem, la inconmensurable PJ Harvey, los enormes Explosions in the Sky y los siempre maravillosos Sigur Rós. Al final, unas 200.000 personas han pasado por la ciudad condal para vivir un cartel de infarto.
A estas alturas habréis leído mil crónicas de todo lo acontecido en el Primavera Sound, así que no os agobiaré con más de lo mismo.
Con toda seguridad sabéis ya que un festival de la envergadura del Primavera hace que sea inabarcable verlo todo. Hacer un estudio minucioso de todo lo que quieres ver es, a priori, una buena idea, pero nada más lejos de la verdad. Para empezar, si fueras sólo al festival, quizá sería posible llevar una ruta marcada, pero a no ser que seas una rara avis, esto no sucederá e irás a pasar un buen rato al festival con tus amigos y/o pareja; la otra pega que tiene este plan es no dejar nada a la improvisación, algo que si de por sí ya es aburrido, hará, casi con toda seguridad, que no descubras cosas nuevas.
Ya que me preguntáis os diré que me quedo con los conciertos de Explosions in the Sky, PJ Harvey, LCD Soundsystem, Sigur Rós, Radiohead (sigo pensando que hubiera sido uno de los mejores conciertos de mi vida si no hubiera sido por el sonido tan bajo), Savages, Beirut, Beak>, Kiasmos, Titus Andronicus, John Carpenter (no Canpenter como me sale siempre -pero qué risas eh amigos-) y Roosevelt (hacía tiempo que no me dejaba los pies bailando así. Como pasa en estas ocasiones, hubo conciertos (dos, en concreto, unos por tocar pronto y otros por tarde- sí amigos, me hago mayor) que me dejan la espinita clavada por no poder verles en el Primavera, no porque sean bandas que no pueda volver a ver, sino porque en estas ocasiones uno al final no llega a todo, gajes de los festivales. Me consta que tanto los Saurs como Böira dejaron el listón bien alto.
Un año más, de la mano de Heineken encontrábamos el Hidden Stage, con las actuaciones de Lee Ranaldo & El Rayo, Peaches, Los Hermanos Cubero, Lush, Bob Mould y Cat´s Eyes. Los 3 días se agotaron las entradas para estos conciertos.
Creo que merece (sigue mereciendo) una crítica constructiva el tema de las barras. Si bien puedo entender que una copa cueste 7€ normal o 7,50€ con RedBull, no tiene sentido que usen medidas. Sé que se hace para que el staff no se pase, pero es que es difícil notar un poco el sabor del alcohol. En el caso de pedir más alcohol, la copa pasaba a costar casi el doble, cosa que carece de sentido porque no te sirven más refresco o no te dan otra lata de RedBull y la diferencia entre esto o pedir dos copas era de tan sólo 1,5€. Lógico ver el suelo lleno de botellas que la gente entra, tiradas por el suelo después de los conciertos de los cabezas de cartel. Recordemos que el valor de una copa es más de lo que les cuesta a ellos la botella, creo que se puede hacer negocio sin abusar de la gente.
Por otra parte, hay que felicitar a los organizadores porque en todo momento fue todo muy fluido teniendo en cuenta la cantidad de asistentes al festival. Unos baños VIP (aún no los de Mordor, esperemos que con el tiempo sí) y no me consta que se vivieran momentos de agobio por acumulación de gente.
Os dejamos con una galería de fotos cedidas por Heineken.