Ya llevamos siete ediciones del Low Festival (Benidorm). ya es un festival adulto que puede mirar cara a cara a otros gigantes españoles como el BBK Live o el FIB. Más de 70.000 personas han llenado el recinto del complejo deportivo Guillermo Amor durante los tres días de duración. Buen ambiente, buen tiempo, excelente organización (salvo algunos inconvenientes puntuales, lógicos, dada la magnitud del evento), recinto cómodo de recorrer y de llegar a él, en las siguientes líneas hablaremos de lo musical, principalmente. Kasabian, Izal, Los Enemigos, The Growlers o Corizonas pasaron el viernes por los escenarios Budweiser, Ron Matusalem o Wiko.
Viernes. Primer día. No pudimos llegar al recinto del Low Festival para ver a los sevillanos Full y su pop, que continúan girando con su primer disco Mi primer atraco pero nos consta que presentaron temas del que será su próximo disco. También nos perdimos a los valencianos Siberian Wolves, pero no queremos dejar de mencionarles y recomendaros su mezcla de rock y psicodelia con grandísimas fuerza en directo. Mientras entrábamos al recinto sonaba, en el escenario Ron Matusalem, el final del potente directo de Zahara quien supo captar las necesidades “bailables” de los asistentes a esa primera hora, de hecho, se había rodeado de grandes músicos procedentes de The Right Ons, Rufus T. Firefly y Mucho. Nos dimos una vuelta para cotillear a Los Enemigos los cuales, desde que en 1985 ganaran el trofeo Villa de Madrid, no han parado de dar guerra con su rock clásico y canalla.
En el escenario Ron Matusalem salían a escena The Growlers, el grupo californiano liderado por Brooks Nielsen y su peculiar voz entre aguda y rota, como si le costara cantar, la mezcla de efectos y de géneros (country, rock, psicodelia, surf) hicieron bailar al público, dejando sorprendido a más de uno. Brooks no se movía demasiado ni interactuaba con el público pero la música era lo suficientemente voluptuosa como para dejarse llevar con el calor húmedo de Benidorm, que casaba perfectamente con los ritmos surf e, incluso, alguna canción sonando con tonos reggae.
Por fin, uno de los eventos importantes del festival, tenía muchas ganas de volver a ver a Kasabian, un grupo que hace cuatro años vimos en directo en el BBK Live, a las 21.45h en el escenario 2 y que ya teniamos ganas de volver a ver, entre otras cosas, por su maravillosa evolución musical sin adherirse a un género de manera casi estática. Kasabian navegan por aguas del hip hop, de la electrónica, del pop, del rock, montando un espectáculo de calidad sin grandes aspavientos. En otras ocasiones han llevado audiovisuales, en esta edición del Low tan solo una enorme bandera con el nombre de su último disco hasta la fecha, 48: 13 (2014). El tiempo que estuvimos fotografiando en el foso sonaron, para nuestro deleite personal, ‘Bumblebee’, el tema que abre su último disco y que ya es suficiente para centrar la atención de los espectadores y no parar de bailar durante el resto del concierto, ‘Shoot the runner’ y ‘Underdog’. Siguió el concierto y, como viene siendo habitual en ese show que presentan, ‘Re-wired’ la unieron con la versión de “Word Up” del grupo Cameo, momento en el que Sergio/Serge se suelta con una especie de rapeo (en ocasiones el guitarrista quita, con maestría el protagonismo a Tom, vocalista). ‘Fire’ sería, en teoría, la encargada de cerrar el apoteósico concierto de no ser por el inesperado bis que vendría después, y decimos inesperado porque el tiempo de espera para que volvieran al escenario parecía indicar el fin del espectáculo. Cuatro temas nos regalaron, los dos últimos formados por una versión de ‘Praise you’, de Fatboy Slim, unida a ‘L. S. F. (Lost souls forever)’, un cierre, sin duda, espectacular para el grupo de Leicester. Que no dejen de venir a España.
Tras esta catarsis nos dio tiempo a acercarnos al concierto, ya empezado, de Corizonas, un grupo que jamás defrauda. La simbiosis de Arizona Baby y Los Coronas se quitaron la espinita de la edición pasada, cuando Massive Attack quiso exclusividad sonora y su espectáculo se vio reducido, así que vinieron a comerse el Low del 2015. El Meister/Javier Vielba, empapado de sudor (no es de extrañar con esas barbas, ese pelo y la camisa de manga larga) arengaba a los asistentes. Corizonas gritaban que Black Sabbath es el primer grupo indie de la historia mientras encadenaban sus éxitos como ‘The falcon sleeps tonight’, ‘I’m alive’ ‘Run to the river’, la versión de ‘Piangi con me’ (a la que le había precedido una mini versión de ‘Satisfaction’, de los Rolling Stones).
Izal comenzaban en el escenario principal, se presentaban con la primera canción del que será su tercer disco, ‘Copacabana’, a la que siguió ‘Asuntos delicados’, no les hacía falta demasiado esfuerzo para meterse al público en el bolsillo. Tras los dos temas que nos dejaron fotografiar desde el foso Mikel agarró el ukelele para recordarnos ‘Tu continente’. También pudimos disfrutar de ‘En aire y hueso’, otro adelanto de Copacabana. Encararon los últimos dos temas del concierto “Qué bien” y, uno de sus himnos, ‘La mujer de verde’.
No podíamos dejar de ver a Perro, nuestros adorados murcianos habían estado tocando en la zona VIP, el Escenario 66, pero el sonido no era todo lo fino que debería así que nos quitamos la espinita viéndoles en el Escenario Wiko. Tocaron temas ya clásicos como “Que viva el Porras”, “Camiseta” (para cantarla, Guille pidió una camiseta para Aarón, que tenía frío, y de repente aparecieron tres o cuatro volando) o ‘El Ecco y el Equiseto’ (algún día les sonsacaremos qué significa), añadiendo dos temas nuevos del nuevo disco que pretenden sacar en otoño. El colofón final fue para ‘Marlotina’, un tema que se ha convertido en una especie de himno para los miembros de El Ukelele. Ya exhausta me quedé un rato más para escuchar a The Strypes, a quienes ya habiamos oído como teloneros de Arctic Monkeys en el último concierto que dieron en Madrid, en el 2013. Parecen sonar a algo conocido sin embargo, cuando caemos en la cuenta de que no rebasan los 20 años (como decía Guille, de Perro, “¿os vais a ver a The Strypes, eh?, ¡pero si no tienen edad para entrar al festival!”) vislumbramos el potencial de estos jovencísimos irlandeses que en unos años darán mucho que hablar con su estilo mod.