El pasado año Madrid acogió en su hípico seno una nueva oferta musical para los infernales veranos de la villa: el festival Tomavistas. Con este bucólico nombre y un cartel de quilates, este próximo verano volverá a verse las caras con el público madrileño. Para dejar con la miel en los labios, nada mejor que ofrecer un concierto con dos de las bandas que se encuentran en el punto de mira de la prensa alternativa: los levantinos Siberian Wolves y los murcianos Perro.

 

La tribunalera sala Taboo fue la elegida como sede de la fiesta de presentación de lo que vino y vendrá en el Festival Tomavistas. Los asistentes fueron puntuales a la cita y la sala contaba ya desde el inicio de la fiesta con un aforo esplendoroso. Caras expectantes se congregaban en el cuadrilátero mientras el Gran Dragón les observaba desde las alturas. No era para menos. No todos los días Virginia Díaz (180º de Radio 3, ahora conocida por su Cachitos televisivo) te acoge como una de las promesas más firmes del firmamento musical nacional. Siberian Wolves. Borja y Alex. Alex y Borja. Sobre el escenario no hacía falta nada más. Guitarras, percusiones, voces desde la batería y loops eternos con los que se acercaban a un sonido vecino a la psicodelia y que daba coletazos rock sin apenas despeinarse. Su tema de presentación, ‘Dark Side’, hacía presagiar lo que vendría después: sin quedarnos en la superficie de los parecidos razonables, una puesta en escena (y sonido) a lo Royal Blood que hizo las delicias de los presentes. Un público un tanto estático a pesar de temas tan intensos como ‘Block Your Mind’, ‘The Dream’ o ‘Find The Forest’, con el cerraron un concierto que fue ganando enteros según avanzó el metraje. Dejadles que rueden que aquí hay potencial. Como músicos y como humoristas simpáticos: pásame tu carné que creo que el mío lo he perdido. Pony Bravo dixit. Siberian Wolves dixit.

 

A continuación llegó el momento de nuestros murcianos favoritos. Se puede decir que son ya como de la familia. Sólo queda que nos los encontremos cantándonos bajo la ventana una serenata. El concierto fue un tanto particular y contó con sus ya numerosos cambios de instrumentos sobre el escenario en los que, a excepción de Fran, proclaman de manera indirecta que el hombre-orquesta ha vuelto para quedarse. Lo que los guiris llaman DIY. Tiene bacalao, tiene melodía ha rodado por España durante más de un año y el cansancio de los viajes hace que sean necesario los parones tanto por salud como por la necesidad que el público tiene de dosis nuevas de estos seguidores de Hora de Aventuras. Temas como ‘Larry no come’, ‘La reina de Inglaterra’, ‘El Ecco y el Equiseto’ o ‘Gran Ejemplo de Juventud’ hicieron que el público empezara a perder la vergüenza y se soltase. Y, cómo no, ‘Marlotina’, que sigue encumbrándose como himno generacional en el que los más (y los menos) futboleros desatan tensiones con el pogo. O la olla, como estos murcianicos quieran. Esos murcianos que toquen como toquen han llegado al nivel de ir a verles por decreto. Se lo han ganado, señores.

 

Si fuiste y te quedaste con ganas: atento a las publicaciones de Tomavistas. Si estás leyendo esta crónica y piensas que eres un desgraciado por haberte quedado en casa: atento a las publicaciones de Tomavistas. Para todo lo demás, la música (con o sin moderación).

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