Sábado 24 de enero, la típica noche de invierno fría y que invita poco a salir… ese frío duraría bien poco, ya que Donostia bailó como nunca al son del quinteto de Baeza.


Supersubmarina sale al escenario y la gente les corea. Mucha más gente que su última vez por Donosti. Van creciendo poco a poco pero con paso seguro.

Empiezan el concierto con “Samurái” de su último disco Viento de Cara. Este último disco parece que ha llegado a mucha gente nueva; un público mixto y de todas las edades llena la sala.

El tono general de las canciones de este último disco es algo menos movido y están derivando hacia unas melodías más pop, pero en directo consiguen más intensidad.

Van intercalando canciones antiguas entre las nuevas y, poco a poco, va subiendo la temperatura en la sala. La gente salta y baila cada vez más, y esto aquí es muy muy difícil de conseguir… la gente se entrega en uno de los mejores conciertos que he visto de Supersubmarina, por momentos parecía que habían traído un trocito de la Plaza del Trigo. Quien haya estado allí se puede imaginar el ambiente que había.

Paran de tocar porque el sonido comenzó a fallar, “no hemos viajado más de 800 km para que nos oigáis mal, creo que os merecéis oírnos como es debido” dijo Jose al público. Me parece todo un detalle que se preocupen por sonar bien, seguramente otro grupo habría acabado el tema.

Mientras lo arreglaban sale Jose solo al escenario y nos regala una versión de “eres”, que no estaba en el setlist y que hace ya tiempo que no tocaban en directo. Un lujo de versión.

Durante todo el concierto repasan grandes éxitos como “En mis venas”, “Niebla”, “Supersubmarina” “Kevin Mc Alister” o “Puta vida”. El concierto va subiendo en intensidad hasta llegar al climax con “cientocero” donde el público acaba entregado a un fin de fiesta que deja a todo el mundo más que satisfecho.

Supersubmarina ha crecido mucho en el escenario, ahora se les ve con muchas más tablas, cercanos y simpáticos. Se meten a la gente en el bolsillo desde el primer instante. La escenografía sencilla pero efectiva, con cierto regusto retro. Muy bueno el uso de la iluminación para reforzar la actuación. Gran concierto que contentará, y mucho, a los nuevos y sobre todo a los viejos fans.

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