Día: viernes 3 de octubre. Hora: las 22h. Lugar: la sala La Lata de Bombillas de Zaragoza. Motivo: Concierto sorpresa de celebración de su 15º Aniversario.
La sorpresa vino por el desconocimiento del grupo invitado hasta, tan solo, unos días antes de la cita. Fue muy grato comprobar que se trataba de León Benavente, ligado sentimentalmente a esta sala gracias a Edu Baos.
La respuesta del público fue inmejorable y el lleno que se auguraba se hizo realidad.
No nos hace falta echar la vista muy atrás para recordar la última vez del grupo en la capital aragonesa, puesto que no hacía ni 7 días de su presencia en el FIZ.
Desde el inicio, Boba y los suyos nos avisaban de un formato diferente, electroacústico, más tranquilo y, pedían silencio y respeto mientras durase su corta intervención.
¡Y así se hizo! Empezaron con una extensa intro instrumental que dio paso a Las Ruinas, donde los asistentes comenzaron a cantar tímidamente; con Las Hienas comenzaron a moverse y con Década se desató la rabia. Mucha era la energía que brotaba del grupo, el acústico apenas se notaba, y las muestras de complicidad entre los componentes se hacían más visibles que nunca, quizá por la cercanía, quizá porque esta noche todos eran maños y se sentían como en casa.
Les siguió el trío de canciones más potentes de su repertorio Revolución, El Rey Ricardo y Todos contra todos. La locura iba in crescendo al mismo ritmo que el calor. Solo paraban para alentar a Edu a que recordara sus inicios y vivencias en la sala, y ¡a saber qué haría! Puesto que fantasma que les acecha en Zaragoza volvió dejando mudos sus micrófonos por un breve periodo de tiempo. Arreglados los problemas, continuaron con Avanzan las negociaciones, Ánimo, Valiente, en formato balada, y Estado Provisional.
Todo fue como la seda: la mirada de Abraham Boba era intensa y su voz profunda; los coros de Edu Baos y Luis Rodríguez perfectos y más risueños que nunca, la batería de César Vidal increíble.
Dejaron para los bises La Palabra y Ser brigada, como ya es habitual, y no por ello, deja de ser la más esperada.
Contagian la energía que transmiten sus letras y se entregan desde el primer minuto. Un concierto redondo, que deja claro que el directo, en cualquiera de sus formatos, es su punto fuerte. Varios son los conciertos de esta banda a los que he asistido desde su creación, pero en los tres últimos hay que decir que siempre han ido a más y a mejor, si se puede, dejando la impronta en sus seguidores de haber sido privilegiados al asistir a algo especial que seguro tardarán en olvidar.
Ojalá tarden otros 7 días en volver a tocar por estos lares, pero como lo vemos complicado, nos queda conformarnos con su recuerdo. ¡Un placer!