Con el cartel de sold out colgado antes de empezar el concierto, los catalanes Sidonie abarrotaban la mítica Sala Razzmatazz de Barcelona el pasado sábado 25 de marzo de la mano de Room Festival.
Antes de que los baceloneses saltaran al escenario, el encargado de amansar a la fieras y amenizar el sold out conseguido pocos minutos antes era Xarim Aresté -fundador de Very Pomelo-. Sólo él y su poderosa guitarra. Un par de minutos bastaron para que el público quedase satisfecho y es que Xarim desprende la suficiente energía como para hacer que la mitad de la sala (que iba entrando poco a poco) esperase con paciencia.
Después de un tiempo prudencial, necesario para vestir el escenario, sonaba de fondo ‘Loser’ de Beck y El Peor Grupo del Mundo saltaba al escenario. Nerviosos y con muchas ganas. Habían agotado todas las localidades en la ciudad que les vio nacer y eso les ponía contentos, a la par que sabían que no podían defraudar.
Sidonie llevan veinte años sobre las tablas y con este último disco El Peor Grupo Del Mundo (2016) han querido reivindicar que aquí siguen, que han vuelto a ser los de antes, más maduros y con más ganas si aún cabe. Una reconciliación con ellos mismos y con su público.
Se fueron sucediendo canciones tanto de su último disco como de los discos anteriores, y es que Sidonie no puede olvidar sus orígenes – ¡y menos mal! -. Con los primeros acordes de ‘Os queremos’, Sidonie nos mete de lleno en el concierto, la sala ya estaba entregada y esto solo acaba de empezar. ‘Nuestro Baile de Viernes’, ‘Costa Azul’ le seguían y nos recordaban por qué nos gustan tanto y por qué decidimos en su momento seguirles y quedarnos con ellos para siempre.
Los nuevos temas de su último disco se iban entrelazando con los antiguos haciendo una combinación perfecta. Marc Ros, Jes Senra, Axel Pi y sus dos imprescindibles escuderos Edu Martínez y Víctor Valiente son un grupo perfecto. Las miradas llenas de complicidad, los bailes y los guiños hacen que el público caiga rendido a sus pies. Y es que veinte años subidos a un escenario son muchos años.
Con ‘Los coches aún no vuelan’ dejaron solo a Marc Ros con su guitarra, abandonando el tradicional sitar para substituirlo por un sitar electrónico, unas velas e incienso. El guiño a Bob Dylan llegó con la interpretación de ‘No sé dibujar un perro’ y los carteles de ‘Don’t Look Back’.
La psicodelia nos embrujó con ‘El Bosque’, en la que apareció Xarim Aresté para dejarnos con la boca abierta a todos los allí presentes y al propio Marc Ros, que no dudó en aplaudirle después de sus solos de guitarra.
Llegaba la recta final. Después de un breve descanso necesario para coger aire y fuerzas para el sprint final, los chicos salieron al escenario con sus respectivas camisetas reivindicando que eran el peor cantante, bajista, batería, teclista y guitarrista del mundo. Marc Ros, a hombros de un miembro de su crew se paseaba por toda la sala entonando ‘Un día de mierda’ mientras todos nos dejábamos la voz. Con ‘El incendio’ y la lluvia de confeti en ‘Estáis aquí’ llegaba el final despidiéndose de todos nosotros con ‘Me colé en una fiesta’ de Mecano.
Pocos minutos después y con el público aún saliendo de la sala. Sidonie no dudó en compartir otra sorpresa saliendo a la calle y cantando ‘Por ti’ a capella para todos los fans que habían tenido la suerte de salir en el momento preciso.
Un grupo que pese a sus más de 20 años dando guerra, todavía les queda mecha que gastar.