El Dúo Orquesta Regalizes, mis amados copleros contemporáneos, que cada vez son más trío, estrenan el videoclip de mi canción favorita , ‘Seis toros seis’, una historia de tragedia, amores, desamores, poliamores y desgarros (de alma, de los otros ni sabemos ni comentamos).
Unos planos de bloques inmensos de edificios de veraneo (las dunas iniciales nos dan una pista de la ubicación playera) muestran un lugar de veraneo masivo, con esas viviendas monótonas que no invitan sino al tedio y a la rutina (sospecho que no es baladí que en los travellings introductorios se cuele un cartel de un supermercado obsoleto), aunque no deja de llamar la atención lo desierto que está todo, no se ve a nadie, excepto a los protagonistas del videoclip. El texto con el nombre de los autores, del tema y del título aparece sobreimpresionado sobre esos edificios, a modo de cartel taurino, puesto que toda la canción contiene una sucesión de acertadas analogías con el toreo.
Se nos pone en situación: una chica bien, de buena familia, se casa con un pobre estudiante de arte sin sitio donde caerse muerto. Un traje de luces, un altarcillo y Fran vistiéndose nos remiten, inequívocamente, al ritual torero de engalanarse antes de una corrida de toros. Es inevitable pensar que, al igual que el toreo, esa boda será tortuosa y con un final nada halagüeño, al menos para una de las partes…
La historia continúa, las habladurías comienzan, la gente sospecha de las interesadas intenciones del estudiante de arte. Nada es lo que parece y todo son apariencias. Parecía que Fran se vestía de luces, pero no, va ataviado con un elegante traje, pero ¿es torero o no es torero?, estamos confundidos. Aarón le coloca la coleta torera y Fran, encendiendo una vela, se encomienda a la Virgen, mientras en la canción se dice «y el día que haya un muerto aquí nadie ayuda»… Ahora entendemos que, al igual que el torero, el protagonista de la canción está solo ante el peligro (como la película que protagonizara John Wayne, Grace Kelly y dirigiera Fred Zinemann).
Al trajeado Fran le acompañan Aarón y Antonio, también con camisa, pero más informales, como mozos de espadas/padrinos del novio. La dualidad está presente en el tema y en el videoclip.
Aarón toma el relevo en la voz y cuenta cómo la chica, en una extraña concepción del amor y la fidelidad, decide poner a prueba, tras hacer caso de los cotilleos, el amor del muchacho siéndole infiel. «Se cogió a seis chicos seis», de nuevo analogía de los anuncios toreros, jugando, de nuevo, con la semejanza entre el mundo del toreo. Cada vez está más claro que la historia no va acabar con un final feliz.
La traición es para el muchacho como una violenta embestida, él la quería de verdad, pero ya nada volverá a ser lo mismo. La razón manda sobre la emoción y, finalmente, él se queda por el dinero, tal y como sospechaba ella desde el principio, se cumplió su presagio y el recelo acabó en tragedia y en un matrimonio de conveniencia. En definitiva, en unos bloques gigantescos y desmesurados, pero vacíos.
Recordad que el Dúo Orquesta Regalizes actuará el próximo 28 de septiembre en el Escenario Eslava (Joy Eslava, Madrid), así que no os los perdáis. Podéis adquirir la entrada aquí.