El pasado viernes 13, estuvo marcado por un acontecimiento que  a nadie nos gustaría que hubiese pasado, pero si me permitís dejar eso a un lado, estoy segura de que también ocurrieron muchísimas más cosas; cosas que merecen la pena ver, vivir, sentir, oír, reír, disfrutar, amar, repetir y contar.


Y en esas nos encontrábamos en el Centro Artístico y Musical de Las Armas de Zaragoza desde las 21h de la noche. Ajenos de todo y centrados en la presentación de Paramales.

Con un aforo al completo, Xoel López aparecía en escena arropado por una banda de cinco estrellas que dejaba presagiar una gran noche musical. Sincero en agradecimientos y derrochando energía y baile, tras ‘Patagonia’ nos anunciaba su intención de obsequiarnos con su nuevo trabajo al completo además de algunos regalos.

El público se comportó desde el primer minuto, aplaudió las canciones antes y después, bailó moviendo la cadera, tocó palmas, se oyeron exclamaciones cuando se anunciaban los temas y la energía fluía de manera natural entre los presentes, Xoel y su banda retroalimentándose los unos de los otros.

‘El hombre de ninguna parte’, ‘Caracoles’, ‘Tierra’, ‘Yo solo quería que me llevases a bailar’ y así podríamos seguir enumerando todos y cada uno de los temas. Las versiones, el acompañamiento, la puesta en escena, todo en una noche perfecta en la que hubo espacio para la improvisación y la complicidad. Ritmos del mundo que suenan unidos como debieran sonar los latidos de todos porque”ya sé que el mundo seguirá girando cuando ya no quede nada.”

‘Reconstrucción’ e ‘Historia universal’ fueron los elegidos de Deluxe.

He leído que fue un Xoel en estado de gracia y no puedo estar más de acuerdo, su voz nos transportó a todos esos sitios de los que su música bebe referencias. De ahí que esto merezca ser contado y, ojalá, repetido.

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