PUP – PUP
Fecha de lanzamiento: 8 de abril de 2014
Disponible desde Bandcamp
Un buen día, la banda canadiense Topanga decidió cambiarse el nombre: “A la mierda Disney, y a la mierda Topanga. Somos PUP”: PUP es un acrónimo de “Pathetic Use of Potential”, una frase que le dedicó la abuela de Stefan Babcock a su nieto, al saber que estaba en una banda de rock.
PUP se erige como un banda feroz tanto en el estudio como en directo. Ardientes riffs de guitarra irrumpen a lo largo de los temas abrasando al oyente, la batería corre a una velocidad pasmosa, y los estribillos se transforman en himnos instantáneos. Con los cuatro miembros siendo amigos desde la escuela primaria, la banda demuestra una perfecta sincronía que les permite incluso actuar con libertad sobre el escenario, saben que sus compañeros lo van a seguir. Todo vale en el espectáculo que es el punk. Y es que tema tras tema, el sonido de la banda batalla para incordiar al consumidor final. Esa lucha es uno de los puntos más atractivos de PUP.
En este álbum de debut destacan especialmente “Guilt Trip” en la que el frontman Babcok se lamenta de una antigua relación en la que mintió. En “Reservoir” el alcohol y la droga se tornan protagonistas, y de nuevo aparece ese lamento: “My lungs are killing me, I didn’t even get high.” Babcock se muestra tan racional y brillante como cansado de la vida. En “Mabu” PUP demuestra su capacidad para hacer canciones con vocación de himnos, un auténtico disparo con dirección a tu cerebro vía tímpanos. Estos estribillos tan brillantes también aparecen en “Dark Days” y “Lionheart”. Es cierto que la banda no mantiene el excelente nivel de estas canciones en todo el álbum, y a veces sus letras son pobres metáforas sacadas de un disco de pop. No es PUP una banda refinada, ni sutil por el momento, pero esto es punk, y en este terreno ser refinado y sutil no suma en la nota final.
Las sensaciones con estos canadienses no pueden ser mejores, su primer álbum es notable: hay esperanzas para el punk moderno.