Después de un mes, Proyecto Waikiki volvía a la carga con otra noche de conciertos. Tras la anterior edición, en la que pudimos ver a His Majesty The King y a Fuckaine en la Wurlitzer, volvían a la sala Taboó con Jack Knife, The Saurs y Rick&Vera como reclamo. Tres bandas con estilos proyecciones distintas que hacían del sábado un buen plan de música en la capital.
Texto y fotografía: Pablo Quejigo
A eso de las 22:15h subían al escenario Rick&Vera, el dúo formado por Ricardo Fernández y Daniel Vera del que, a priori, se podría destacar la juventud… hasta que se empezaron a soltar. Bien es cierto que no estaban del todo cómodos sobre el escenario y las conversaciones con el técnico de sonido fueron constantes pues hacía falta más presencia de la guitarra en ciertos momentos. Pero subieron sacar el concierto adelante con unos registros amplios, no se cierran y saben beber de sonidos que se ajustan perfectamente a su formato: guitarras entrecortadas, ritmos bien marcados, escarceos por el blues que terminan de dar forma al rock que hacen. Destacar de ellos “Twister” y “Step On You”, además de la cover de “Personal Jesus” de Depeche Mode en el climax de su actuación, siendo la primera versión de la noche Waikiki, pero no la última.
Les tomarían el relevo The Saurs, otra joven banda de Barcelona que traía su garage a la capital, donde parece que se está viviendo un apogeo de este sonido y que el púbico lo está respaldando. No es otra banda cualquiera que hace garage (por algo estarán en el Primavera Sound en cuestión de días) y nos dejaron el recado de que están trabajando empezando con tres temas nuevos —por lo visto tienen la mirada puesta en octubre para un nuevo trabajo—.
Un resumen fácil de su show sería decir que fue “caña, caña y más caña”. La hubo y también supieron generarla con personalidad y actitud, pero también había que fijarse en los detalles, estos chicos saben manejar sus instrumentos, no hablamos de rebeldía vacía.
Sólo pudimos coger un poco de aire con “Cannot Leave”, el tema con más luz de la banda que les acerca a un pop rock algo descontrolado del que saben coger prestados ciertos matices, como también en el estribillo de “Vaporous” que sonaba justo antes o un lado más sosegado en “The Spring”. El tramo medio del concierto estaba sirviendo para ver todos estos perfiles del sonido de The Saurs, pero lo que restaba de concierto cogerían de nuevo las riendas del ritmo frenético de estos saurios con Because of You y no las soltaron hasta el final con “Come to you” y “Ain’t No Deal”, que fueron un cañón sobre un escenario que habían impregnado de garage a golpe de guitarrazos y dejándoselo en bandeja para que Jack Knife rematara la noche.
De Pozuelo con amor llegaba Jack Knife a Proyecto Waikiki. Están en un momento dulce y parece ser que con las cosas claras. No se dejaron ningún tema en el tintero, intercalando cortes de Need to Breed (EP de 2015 producido con Jose Chino de Supersubmarina) y Listen To Jack Knife (EP 2013) para gestionar los tiempos de la actuación y llevarse la noche poco a poco a su terreno.
Para eso hacía falta empezar fuerte con temas como Take Me To The River y Destiny’s Calling, dejando aún en el ambiente el garage respirado momentos antes. Pero con Toulouse cambió el tercio de la actuación y servía de punto de inflexión para ver el lado más pop-rock de Jack Knife, con el que bajaban la intensidad a favor de las melodías pegadizas.
Después llegaría uno de los guiños de su show con “Rising Up Again”, una cover en inglés de “Al Amanecer” de los Fresones Rebeldes que el público cogió con ganas y que inevitablemente fue cantada en los dos idiomas.
Con “Let me go” ponían algo de calma antes de que “Summer Nights” y “MAMA” cogiera la onda de los primeros momentos de su actuación, esta última con un riff de guitarra al más puro estilo rock&roll que cuajó una de las mejores canciones de la tercera edición de Proyecto Waikiki. Así siguieron con “Revelation”, que empezaba enlazada con un solo de Álvaro Alberdi mientras su venda en el brazo parecía darle completamente igual.
Normal, había corrido mucho Jäger por toda la sala, y con poco más que tocar parecía que “Sheperd’s Song” serviría como un cierre tranquilo con unos coros al final que hacen el tema más redondo, cuando de repente empiezan a tocar “Fuck Forever” de Babyshambles. Tal vez no sería una canción que muestre cosas nuevas de Jack Knife, pero se disfrutó de la misma forma arriba como bajo el escenario y nos lo pasamos increíblemente bien con este final, que de eso se trata al fin y al cabo.
Con las tres bandas ya en los camerinos de Taboo recogiendo sus bártulos, era hora de bajar al subterráneo de la sala para la after-party brindada por Javier Lorbada a los platos, lo cual es sinónimo y garantía de temazos de todos los colores y épocas para terminar de despedirnos con un buen sabor de boca de esta tercera edición de Proyecto Waikiki y estar pendientes de la siguiente.