19:00. Madrid. Barrio de Chamberí.
Desde la sexta plaza del edificio del castizo barrio se pueden ver los característicos tejados de la urbe madrileña. No se trata de la Quinta Avenida pero una lo siente más cercano, más de estar en casa. Las oficinas de Spotify España acogerán en unos minutos una pequeña sorpresa, previamente anunciada en redes sociales (concurso para seguidores de por medio): la presentación del último trabajo de la banda barcelonesa Sidonie, Sierra y Canadá, que hoy se ha puesto a la venta.
Mientras Axel, batería, pululaba por las oficinas, probando y recomprobando que no faltara de nada en el pequeño e improvisado escenario de sillones de cuero y alfombras persas, prensa y seguidores íbamos llenando el espacio abierto organizado para este evento (sí, Axel, yo era la de la libreta). Unos cargando con cámaras y demás herramientas de trabajo, otros castellanos de New Balance ligoteando con las chavalas. Guateques del siglo XXI. Destacar que tuvieron el detalle de regalar Sierra y Canadá a todos los presentes.
Con cierto retraso sobre la hora inicial señalada se aposentaron en sus taburetes de chapa Sidonie, Axel y Jesús perfectamente presentados por Marc, cantante y guitarra, por si alguno de los presentes se encontraba desubicado. El miniset se movió entre lo eléctrico y lo acústico, derrochando las voces simpatía y mostrando su lado más (aún) tímido la percusión. En total cantaron seis temas: dos nuevos, tres canciones de discos anteriores y una petición al entregado público. Entre charleta y charleta sonaron Sierra y Canadá (Historia de Amor Asincrónico), primer single del reciente trabajo, Un día de mierda (canción también de nuevo cuño donde se habla de cuentos humanos y urbanos de amores y desamores), Un día más en la vida y En mi garganta (ambos cortes de El Incendio) y La Costa Azul y, a petición popular, la especial Sylvia (de La Costa Azul).
Tras este pequeño adelanto íntimo, llegó el turno a las preguntas. Momento en el que el público, tan festivo antes, tan activo en las coreografías y las melodías vocales, tornó en mudo y tiro de timidez. Sólo algunas voces fueron capaces de lanzar ciertas cuestiones, aunque Marc, igualmente, hizo uso de su profunda voz para comentar ciertos aspectos sobre el disco. Así, nos hablaron de su próxima gira organizada por SON Estrella Galicia y sobre sus próximas fechas en Madrid (Teatro Lara, 2 y 3 de abril) y la posibilidad de tocar sobre la platea como en anteriores ocasiones, la magia que sigue teniendo Giraluna sin importar la edad de quien la escuche y, principalmente, nos dieron algunas claves sobre su trabajo Sierra y Canadá. La elección del single se realizó mediante la captación de diferentes seguidores del grupo repartidos en Madrid, A Coruña y Barcelona, quienes en el mismo momento escucharon varias canciones del disco y votaron su preferida. La seleccionada fue Sierra y Canadá (Historia de un Amor Asincrónico) y el grupo está encantado con la elección (es la favorita de Marc, mientras que Hiroshima mi Amor es la de Jesús).
El disco partió de una libertad absoluta después de El Fluido García (mi querido), trabajo que no tuvo gran éxito de ventas. Como no hay mal que por bien no venga, esta recesión trajo consigo una libertad total a la hora de plantearse este nuevo trabajo, trabajo en el que coquetean con la electrónica. Según los propios Sidonie, se trata de un disco con más melodías, una constante en un grupo pop como ellos, y muy complejo de grabar. La grabación duró cuatro meses y supuso un cambio en su método de trabajo. Abandonaron los ensayos en su estudio habitual para evitar que las canciones se viciaran y así entrar virgen e inocentes a las grabaciones. Es más, al haber momentos de tensión por el proceso creativo, fueron necesarias unas pequeñas vacaciones de desconexión grupal. Mejor prevenir que curar. Además, nos recomendaron que realizásemos varias escuchas antes de emitir un juicio de valor. Es disco de maduración con muchas texturas diferentes. Mi veredicto sobre Sierra y Canadá es muy positivo y cuento los días para verles en directo.
Al final, los de las libretas no fuimos los malos. Me quedé con las ganas de preguntar sobre vuestra relación con la ciencia ficción.