El festival Palencia Sonora, tenía lugar el pasado 7 de junio en dicha ciudad, en un ambiente inmejorable, en plena naturaleza, como es el parque del Sotillo, donde se encontraba el recinto que contaba con el escenario principal.
A las 13:00 del mediodía y en la plaza mayor de la ciudad, comenzaba el festival abriéndolo La Maravillosa Orquesta del Alcohol, como propuesta de música en directo y gratuita para cualquier persona que quisiera acercarse. Estos burgaleses, no dejan de demostrar en cada uno de sus conciertos, que no solo se suben al escenario a tocar un repertorio, sino que la conexión entre ellos, y la que consiguen establecer con el público es envidiable y real.
Su repertorio alternó canciones de su último disco en castellano, y de antiguos trabajos en inglés. ‘1932’, ‘Nómadas’, ‘Los hijos de Johnny Cash’ o ‘Vasos Vacíos’ fueron algunas de las elegidas.
Con la plaza mayor completamente llena y animada se despedían, y con pena y un aplauso eterno, daba las gracias la gente por la magia musical que acababan de demostrar, y es que son de los directos mas animados, divertidos y diferentes que se pueden encontrar en este momento.
A las 20:00 se abrían las puertas del recinto en el que tendrían lugar el resto de conciertos, y con un poco de retraso, subía Depedro al escenario, el encargado de abrir esta tanda de música en directo.
‘Como el Viento’ era la primera en sonar, y es que fue un concierto en el que tocó parte de todos los discos. ‘Hombre Bueno’, ‘Nubes de Papel’ o ‘La memoria’, empezaron a calentar a un público muy receptivo que le recibía con pancartas al grito de “Si tú me lo pides, me caso”. ‘Equivocado’, fue un momento realmente especial, en el que se veía a Jairo emocionado y con él, el público. ‘Llorona’ fue la canción más coreada, y una vez terminado el concierto, el público seguía cantando “ay, de mí, llorona, llorona, llorona, llévame al río”. ‘El Pescador’ cerraba el concierto, siendo presentada como una canción para bailar pegados y en pareja, y así lo hizo la gente mientras cantaba esta última canción, esperando un bis que no ocurrió y deseando ansiosos ‘Comanche’, que gritaron y gritaron, y finalmente no sonó.
Si hay que poner una pega, posiblemente sea la falta de música entre concierto y concierto, y es que solo sonaba música en una carpa al fondo del todo, y en las primeras filas no se oía prácticamente nada. No faltó el típico grupo de amigos que empezó a corear canciones de Iván Ferreiro e hicieron que la gente del alrededor les siguiera en tal iniciativa.
Los Coronas fueron posiblemente la sorpresa de la noche, y es que es un grupo que ha conseguido un gran renombre haciendo música sin una voz cantante, y ese posiblemente fuera uno de los prejuicios que cierta parte del público establecía hacia ellos, hasta el momento en el que empezaron a sucederse una serie de imágenes en la pantalla del fondo, desde mujeres casi desnudas, hasta películas de serie B, pasando por Marisol. Imágenes hipnóticas que se sucedían al ritmo de una banda increíble que entre anécdotas que rozaban lo bizarro y surrealista, se fueron ganando a un público, que quedó totalmente cautivado cuando empezó a sonar ‘Corazón Contento’, ‘Paint it Black’ o ‘Day Tripper’. En ese momento la gente comprendió porque este grupo no necesita un cantante, el público son los encargados de ejercer ese papel. La única colaboración que hubo en el festival, fue en este momento, cuando Depedro al completo se subían al escenario para hacer la canción que tienen en colaboración con Los Coronas, una versión peculiar y distinta de ‘En el Lago’, de Triana.
Finalizaban el concierto con lo que ellos llaman “Pilates del Rock”, con los brazos en alto del público balanceándose de un lado a otro, un monólogo en el que hacían alusión a los políticos y la música en directo, y con el que fueron despedidos con un aplauso generalizado de admiración y respeto.
Para finalizar, el plato fuerte de la noche eran Lori Meyers, que con mucho retraso, y un público ya cansado de esperar, se subían al escenario y hacían que se olvidaran de esos minutos anteriores de quejas y gritos.
No faltaron los clásicos como ‘Luces de Neón’, ‘Luciérnagas y Mariposas’, ‘Tokio ya no nos quiere’ o ‘De Superhéroes’, que se intercalaban con las de su último trabajo, como ‘Emborracharme’, ‘Huracán’, ‘Deshielo’ o ‘Planilandia’.
Como ya viene siendo habitual, y se agradece este momento, Anni B Sweet, subía al escenario para cantar ‘El Tiempo Pasará’.
El número de masas que mueve Lori Meyers se hace notar en sus conciertos. De la tranquilidad y el espacio para respirar que había en los anteriores, se pasó a los empujones e incluso pogos muy fuera de lugar y que produjo el descontento de gran número de personas.
Para finalizar, ‘Aha han vuelto’ y ‘Mi Realidad’, con las que se despedían bañados en aplausos que no cesaban.
Un festival variado y divertido, en el que hubo para todos los gustos y momentos mejores y peores, pero que al fin y al cabo, hizo que las personas que asistieron disfrutaran.
Ahora solo queda esperar a que el año que viene traiga su duodécima edición.