El pasado fin de semana se celebró la sexta edición del Sound granadino con gran éxito de público, conciertos multitudinarios de Lori Meyers y Los Planetas y varias interrogantes de cara al futuro del festival.
La sexta edición del Granada Sound pasará a la historia por ser la más multitudinaria hasta la fecha (éxito para la organización), por conseguir un elenco excelente de grupos nacionales (éxito para la organización), por un escenario auxiliar lleno de matices interesantes (éxito para la organización), por una buena conexión de autobuses/lanzaderas con el festival (éxito para la organización); pero también, por deficiencias importantes en materia de acceso al recinto (con colas demenciales), zonas de esparcimiento y servicios, atención en las barras, horarios desajustados, incomodidades y escasa atención para la prensa y un inmovilismo preocupante en lo artístico y musical.
Para un granadino, comprobar cómo en un gran festival –uno que alberga ya a más de 20.000 personas diarias, si no es de Champions League, digamos que sí es ya de primera división nacional- que los dos cabezas de cartel del mismo sean Lori Meyers y Los Planetas, cuanto menos le deja más que orgulloso de que dos grupos de la tierra, a día de hoy de estilos bien diferenciados, de dos generaciones distintas, copen tan altas cotas en la esfera de la música pop/rock ¿alternativa? española.
Igualmente, el hecho de que cada vez se cuente con la participación de más gente de Granada, o relacionada con la ella, como Apartamentos Acapulco, Arco, Toulouse… Deja a las claras, que lo de jugar en casa no es solo una escapatoria fácil, sino que es una necesidad de otorgarle la impronta que merece la música y el arte de una tierra profusa en estas lides.
El ambiente, sin duda, podemos catalogarlo como uno de los baluartes del Sound. Los que desde la lejanía critican que este evento es un botellón encubierto con «algo de música», es que no han presenciado uno u otro «evento». Es difícil encontrar en tan poco espacio tanta gente conviviendo pacíficamente (ni un altercado, incidente o pelea), observar más alegría o una forma de alejarse de la crisis, el mal rollo o las prisas y ansiedades asesinas, tan «sana» y de forma divertida. Y encima –no en todos los casos, claro- consumiendo arte, en forma de música.
Observar la paciencia con la que tanta gente guardaba una cola indecente, que llegaba en momentos a la Carretera de Córdoba, para conseguir la pulsera de acceso, o para comprar tickets para obtener una cerveza, entrar a los servicios o poder consumir algo sólido, sin perder la sonrisa y la compostura, merece ya de por sí un sobresaliente.
Pero vayamos con lo meramente musical, y por partes. Empezando por la jornada del vierne
Notables actuaciones de Lori Meyers, Sidonie y La Habitación Roja; encomiables de Apartamentos Acapulco y Toulouse, a pesar de las horas, y de El Imperio del Perro, en el escenario pequeño, en la jornada del viernes
Tras una tarde de bastante calor, en la que arrancó el grupo granadino D’Baldomeros – que sustituyó a última hora a los valencianos Pollock – con un más que aceptable debut, prosiguió el festival con los Apartamentos Acapulco. Estos, en plena forma, capearon la alta temperatura y la hora del café, con su mejor repertorio y actitud. Ya hemos hablado mucho y bien de Ismael, Angelina y compañía, y tenemos que seguir haciéndolo. Ellos son los únicos culpables de que en apenas unos minutos se acercaran doscientas personas al escenario Negrita a disfrutar de tema nuevo, pedales cada vez más rutilantes y ruido de lujo, además de corear himnos ya del grupo como ‘Romance‘, ‘Nueve esferas‘ o ‘Scarlett‘. Gran sabor de boca el que nos dejaron los Apartamentos y ganas de que de una vez por todas se les haga justicia en festivales de esta índole. Estos chicos no son futuro, son presente. Estamos deseando oír el EP nuevo a principios de año… Y quién sabe si no, disco nuevo, antes de lo que pensamos.
Toulouse cogió el testigo granadino de la tarde y llenó de pop genuino de la tierra el ambiente, poco a poco más caldeado. El sonido no fue de diez, pero la luz que emana de MonteMarte, su último trabajo, hizo que la jornada vespertina del viernes se nos fuera tornando a feliz, entre otras cosas por temas del mismo como ‘Amor, a veces miedo‘, coreada al viento de una Granada muy presente durante todo el concierto, o la bandera del grupo, en forma de canción, ‘Todo cambia‘. ‘Ceniza‘, como arquitectura básica, cerró un muy buen concierto de una gran banda.
Al buen sabor de boca de estos grupos granadinos siguió el buen hacer de La Habitación Roja, en una hora de grandes éxitos de los valencianos, que a lo suyo, son insuperables. No faltaron los clásicos ‘Ayer‘, ‘Indestructibles‘ o ‘El Eje del mal‘ para celebrar los más de veinte años en la carretera de estos clásicos ya del pop independiente español. LHR no promete la luna de Valencia, pero lo que hace, lo desarrolla de forma sobresaliente. No fallan.
Y llegaron las horas más intensas del primer día. Cayó la noche con LHR y acto seguido aparecieron en escena los lojeños de oro. Los Lori Meyers hicieron un concierto excelso, donde aprovecharon para seguir mostrando su nuevo disco, En La Espiral, trabajo que no pasará por ser el que más ha emocionado a sus seguidores, y que en ocasiones se presenta excesivamente denso, al menos para festivales.
Pero claro, por impronta, sonido, puesta en escena, ya de grupo grande internacional, y sobre todo melocotonazos como ‘Luces de Neón‘, ‘Alta fidelidad‘, ‘Emborracharme‘, ‘Mi Realidad‘, ‘¿A-ha han vuelto?‘, ‘Luciérnagas y mariposas‘, joyas del Viaje de estudios, como ‘Tokio ya no nos quiere‘ o ‘Ham’a’cuckoo‘ (qué delicias de ese pop iniciático made in Lori), o la recuperada, planetaria y adorable ‘La pequeña muerte‘, del olvidado casi siempre Hostal Pimodan, para el set list, hicieron que la noche se tiñera de color Lori-Pop. Y la fiesta se desató sin remisión. Quién podría resistirse… ¡Viva Loja!
Tras Los Lori, aprovecharon la ola de entusiasmo Marc, Jess y Axel, para hacer de las suyas en el escenario y dejar el buen sabor de boca habitual de Sidonie. Los catalanes arrastran multitudes y transmiten siempre alegría, y eso en un presente tan propicio a lo feo y el odio, pues oye, se agradece. Como hablábamos de LHR, ellos no engañan. Bueno, un poco sí. Con ‘Carreteras Infinitas‘ hubo retoques. Quizás sea que estaban en Granada y la cercanía de Jota los acongojara un poquito. Pero siempre es alegre recordar ‘El incendio‘, ‘La costa azul‘ o ‘En mi garganta‘… Aunque echemos de menos a esos Sidonie que se disfrazaban y prometían grandes dosis de psicodelia de la buena, o esos chicos de Barcelona, que un buen día pergeñaron el magnífico Shell Kids. Eran otros tiempos.
Y llegó el sábado. Y la noche Planetaria se tornó en algo menos galáctica y en algo menos perdurable en la memoria colectiva.
Muy destacados conciertos de Viva Suecia, Sexy Zebras, Dorian, y sobre todo, Maga; entretenido y movido el de Arco, amenizando la media tarde, y unos sobresalientes WAS, saliendo de la zona de confort más popera, en la madrugada del sábado
Los murcianos, señalando con ironía la costumbre de actuar con gafas de sol, abrían la veda de la segunda jornada de grupos de clase media, con aspiraciones de ascenso rápido. Previamente, el que fuera líder de El Puchero del Hortelano, cambió nocturnidad por la hora de la siesta, y puso a bailar a todo el que se acercó al Paseo del Cortijo del Conde. Varios cientos de animados y tempraneros festivaleros dieron cuenta de ello.
Tras la actuación de Los Planetas -cerraremos con ellos- a primera hora de la noche, pasaron por las tablas principales Dorian. Los catalanes no dejaron indiferentes a sus seguidores -muchos-, postilla incluida a la situación actual en su tierra. Los susceptibles se enfadaron. Los que iban un poco tocados a esas alturas del segundo día, ni se enteraron. Los que admiten la diversidad y el sentido común (respeto incluido) ni se inmutaron. Lo que no deja lugar a dudas es el set list de Marc y su grupo, que esta temporada ha tornado a temas originales -lejos de las revisiones de los mismos de su décimo aniversario- y Dorian sale bien parado en ese retorno. ‘Solar‘ o ‘A cualquier otra parte‘ son siempre efectivas, hasta que el cielo revienta con ‘La tormenta de arena‘ y se desatan tempestades entre el respetable.
Lo de Maga ronda ya la excelencia. En Granada, los de Miguel Rivera volvieron a lanzar dardos al cielo en forma de vocales surreales, entre notas esquimales y bálticas, silencios embriagadores, el ruido que me sigue siempre y por encima de todo, nadando a mariposa entre nuestras manos. Sonido impecable, como de costumbre. Selección musical de lujo. Sinergia con el público. Sorpresa incluida, con Anni B Sweet, en ‘Por las tardes en el frío de las tiendas‘… Y belleza, mucha; a raudales. Eso es Maga, amigos; para otras banalidades pregunten en otra ventanilla. Si no disfrutan del universo Medusa o del otro lado del espejo, aprovechen para satisfacer otras necesidades fisiológicas. La lírica no llena estómagos. Solo alimenta el alma.
Destacamos a dos grupos que se salen de la tónica imperante, que tiene sometido -y casi subyugado- el término indie a unos patrones muy alejados de su filosofía entre el underground, lo alternativo y el descarado atrevimiento. Dos outsider de esa zona de confort, monótona y juguetona con la corriente principal, WAS y Sexy Zebras, juegan en otras ligas. Eso, sí. Bien diferentes entre ambas.
Los madrileños- los Putos Sexy Zebras- desgranan rock salvaje, pegajoso, adictivo, y sobre todo, lleno de adrenalina. Sobre el escenario, fieles a su idilio mejicano y a su Polla (con perdón), fuera camisetas y tapujos, se mofan de las críticas y ponen al personal las pilas a golpe de ‘Sexo y Marihuana‘, ‘Búfalo Blanco‘, ‘El fugitivo‘, ‘Hijo de Puta’.. y su último hit de la idem, ‘Quiero follar contigo‘. Escenario pequeño, petado. Todo el mundo cantando, sudando, botando… Y aquí sin referéndum. Que mi madre no se entere, pero a mí, esto es lo que de verdad me retrotrae a la adolescencia. Y me mola.
WAS, es otra historia. Cuánta calidad en esa otra forma de ver el pop. Se dejaron las guitarras atrás, al tiempo que convertían We Are Standar en un acrónimo embaucador. El cuarteto vizcaíno dio uno de los mejores conciertos del fin de semana, sacando a paseo su fenomenal presente, a través de su catártico Gau ama, el inicial I like you as you are, y su elegante electrónica, trufada con euskera y guiños al folk euskaldun. Atrás quedó ‘On the floor‘, el perfil punk y la sordidez de la madrugada. Pero, sinceramente, en WAS no se echa de menos. Un placer singular, el de bailar en la madrugada de Granada, con una temperatura perfecta, una Alhambra en la mano y la letanía Irrintzi de fondo.
Amor y odio eterno a Los Planetas
Y terminamos con lo que deberíamos haber empezado. Pero las cosas, a veces, no salen como uno había previsto. Uno, podía imaginar que el concierto de Los Planetas en su tierra, ante más de 20.000 personas sería apoteósico, brillante, especial. Inolvidable. Pero no. No tocaba arrebato. A lo Curro Romero, que nos acostumbraban hace más de una década (recuerdo un Sonorama, creo que en 2006, en el que tras una prueba de sonido impoluta, no sonó la voz de Jota -micro cerrado- hasta el quinto tema), el arte planetario quedó solo en el recuerdo de grandes faenas en el Palacio de Congresos en mayo, o en el CPOP de julio, este mismo año.
Esta vez, y a pesar de que muchos cientos de correligionarios planetarios acudieran al Sound solo por ellos, no hubo magia. No hubo sinergia. Faena de aliño, para seguir con un símil que muchos detestan, como el gran Manu Ferrón comenta, al mentar que Una forma de contarlo es tirando de la (me temo) impopular fórmula taurina «parar, templar y mandar»…
Y siguiendo con la sabiduría del ARTISTA, pareja indefectible en Aguirre Suárez y Montero Castillo o Expertos y amigo de Jota, lo mejor quizás del fin de semana, fue escuchar corear a una multitud usando bien por una vez el subjuntivo. Y es que sí. Por mucho que me irrite un comienzo más somnífero que lisérgico. Que no tuvieran un guiño -si quiera artístico- a sus adeptos, paisanos y seguidores. Que no cambiaran un ápice de su set list -a excepción del comienzo interminable de ‘Los Poetas’ y la finalización con el sobresaliente ‘Islamabad‘-. Que no hubiese más alegrías que las del incendio. Que no emocionaran apenas. Que no te lleven de viaje, ni abran la caja del diablo, ni levanten la Copa de Europa. Que a veces, pienses que si no fuera por el gran, grandísimo, Eric -siempre rutilante- esta historia se hubiese ido al garete hace ya mucho tiempo… Suenan los primeros acordes de ‘Santos que yo te pinte‘, se te eriza hasta el último de los cabellos. Piensas, menudos hijos de puta. Gritas al viento, Puedes buscar por tierra, puedes buscar por aire… Que cómo yo te he querido, no va a quererte nadie… y les perdonas todo. Y no puedes dejar de amarlos.