El pasado 7 de febrero se presentó en sociedad el proyecto “Fuzzy Chain” en la legendaria Sala Planta Baja de Granada. Se trata de una promotora muy joven que nace con el objetivo de dinamizar la escena independiente con propuestas underground. O como dijimos anteriormente en esta web, todos esos grupos que dejan España de lado en sus giras o que nadie apuesta por ellos porque son demasiado nuevos ya tienen una figura a la que abrazarse. El cartel no podría ser más explosivo: los madrileños Nastys y los extremeños Wallas, un auténtico cóctel molotov que liberó una noche llena de rock salvaje, brincos, pogos, guitarras rotas, ácidos y alcohol. Mucho alcohol.
Comenzaron los Wallas calentando la escena con “Otro color”, tema que nos hace retroceder irremediablemente a los spaghetti western, a las bandas sonoras de Enio Morricone y al silbido de Curro Savoy. Tocaron con muchísimo descaro temas como “Mis entrañas”, “La playa”, “Caimán”, “(No) Lo Podemos Evitar”, “Aullidos”, “Tiburón” (cara B de su último single) o “Intento de Cumbia”, donde despejaron cualquier duda sobre si son o no el mejor grupo de garage rock nacional del momento. Entre canción y gin tonic bromearon varias veces con el público sobre las tapas granadinas, un público que poco a poco se fue animando hasta llegar a desatar al pequeño animal que llevaba dentro. Se vieron diversos pogos y bailes de estilo californiano al ritmo de los descontrolados punteos y quintas garageras de estos jóvenes culipardos.
Después de una hora calentado el ambiente y demostrando que instrumentalmente los Wallas son sublimes, salieron a escena Los Nastys y aquí fue donde el público desempolvó sus rodillas y comenzaron a poguear mejor que el propio Syd Vicius. Tanto fue así que muchos vimos peligrar nuestro persona y nos trasladamos al final de la sala, lugar donde se resguardaban algunos de los músicos más veteranos de la ciudad como Checopolaco, Nani Castañeda de Niños Mutantes, Alejandro Méndez de Lori Meyers o J de los Planetas, entre otros muchos que disfrutaron del concierto. Luis Basilio -cantante de los Nastys- salió al escenario al grito de ¡¡¡Jägermeister!!! lo que nos hizo intuir a los allí presentes que el concierto prometía. Con acento mexicano nos presentaron grandes temas como “Fumar, beber y romper”, “Mi perro”, “He visto a dios”, “Negro corazón” o “La isla de los cuadros mágicos”. El ritmo era frenético, la sala entera se movía a golpe de pogos, incluso hubo momentos en los que ni se sabía donde estaba el cantante, mezclado entre el público mientras cantaba “Madrid es un cementerio”.
En pocas palabras, la fiesta presentación de la promotora Fuzzy Chain no pudo tener un cartel mejor, el sonido garagero inundó la Sala Planta Baja y, más tarde, la Sala Polaroid, gracias a –entre otras muchas cosas- una técnico de sonido excepcional y sobre todo las ganas de un grupo de jóvenes dispuestos a revolucionar la escena underground nacional. Desde El Ukelele les vaticinamos gran éxito y mejor futuro.
Texto: Glo de la Vega