Todo estaba preparado, el murmullo suave de los incondicionales de los granadinos rodeaba el Palacio de Congresos. ¿Es por esta puerta? ¿Se puede entrar ya? Dijeron que había que llegar con tiempo y llevo ya una hora aquí.
Me encuentro a Eric Jimenez, batería del grupo, saliendo del Palacio por la puerta principal para entrar por la de músicos, por la buena. ¡Hola! ¿Has conseguido acreditarte?. Hola Eric, ¡si! ¡Mucha mierda!
Los treinta y tantos grados de Granada incitaban a una 1925 fresquita pero seguían sin abrirnos las puertas, hasta que se desató la locura y los incondicionales, emergieron de los pequeños espacios de sombra para entrar en el recinto, y en el bar del recinto.
Tomo una cerveza con mi compañero redactor y solucionamos el mundo. O lo importante al menos, la final de Champions. Que uno es indie pero madridista. Como ‘El artista madridista’. También hablamos de música, de Apartamentos Acapulco, somos muy fans, y de los señores de Granada: Los Planetas. Así, entre apuestas por ver quien va a llorar más, entramos buscando nuestro asiento.
Empiezan Apartamentos Acapulco, y aunque llego a contar más o menos el mismo número de camisetas de ellos que de Los Planetas, algo inusual para un grupo telonero, la gente no terminó de respetarlos bajo mi opinión, entrando en mitad de la actuación, y buscando su asiento sin respeto por los que allí estábamos disfrutando de la música del grupo canterano local del momento.
Se desenvolvieron bien, respetando la actitud de chicos apáticos del indie, solo rota en el momento de cantar aquello de «llevo todo el día pensando en tí», y con «aunque siempre llego tarde» mi mente no pudo sino darle un toque de atención en modo mirada furiosa a aquellos que seguían entrando en la sala para esperar a ver a Los Planetas. ¿No se han dado cuenta aún de que tienen delante a los próximos Planetas? ¿Que dentro de unos años se hablará de ellos recordando este concierto igual que se habla de los Subterráneos?
Así se despiden Apartamentos Acapulco y sus Nuevos Testamentos en una de las mejores noches para ellos seguro. Tocar para su gente, en su casa, y delante de quien tocan, eso no pasa siempre.
Se apagan las luces, entran. Empiezan a sonar los acordes y la línea de voz de ‘Islamabad‘, tema que está abriendo la gira de los granadinos a la par que abrió el álbum. «Hola, buenas noches, somos Los Planetas» dice Jota, o eso entiendo, con él ya se sabe.
Conforme avanza la primera parte del concierto, con los temas importantes del disco, como por ejemplo ‘La Gitana‘, sigue entrando gente y siguen entrando VIPs. La melena rizada de Alonso de Napoleón Solo cruza por delante de mi delatándole, cuatro asientos a mi izquierda, Soleá Morente y amigas.
Empiezan los temas clásicos y suena la mítica ‘Señora de las alturas‘, seguida de ‘Ya no me asomo a la reja‘. Tras esta, ‘Porque me lo digas tú‘. Empiezo a pensar que suenan demasiado bien, demasiado limpios, impecables. Me pregunto qué pensarían de estos vejestorios Los Subterráneos. Luego me contestarán los vejestorios con una buena ración de himnos generacionales para romper el Palacio de Congresos. Pero eso después. Ahora mismo me resulta demasiado orquestado todo. Menos la batería de Eric. Si ya comenté que en Zona Temporalmente Autónoma sonaba demasiado poco, sin personalidad, en directo es harina de otro costal. Poca gente siente, tal y como Eric toca la batería, con ese ímpetu, esa fuerza y esos ritmos, que al fin y al cabo es a lo que se reduce.
Viene el punto álgido del concierto, donde se van a vaciar. Terminan el repertorio nuevo y se vuelcan con el suyo. ‘Corrientes circulares en el tiempo‘. Sin artificios ni florituras. Los Planetas en estado puro. A escasos metros veo a los Apartamentos Acapulco como unos fans más. Sale a escena el primer pitillo de Jota en ‘Santos que yo te pinté‘, al igual que sale a escena la primera lagrimilla.
Suena ‘Amanecer‘ y ya no queda gente en su asiento numerado. Prácticamente todo el mundo está en el pasillo, que parece el Planta Baja en un buen día.
‘Espíritu Olímpico‘, ‘David y Claudia‘, ‘José y yo‘, ‘Alegrías del Incendio‘, ‘Un Buen día‘ y ‘Zona temporalmente autónoma‘. Casi nada así seguido.
El grupo se despide para que se coree el otra otra y vuelven con mi compañera de fila, Soleá Morente, en escenario «que vivan Los Planetas». Suena ‘Cruz a cuestas‘. Me viene a la cabeza una idea, y es que qué complicado es cantar con armonía junto a alguien que no ha hecho una en su vida. Soleá se defiende y nos encandila.
‘Segundo Premio‘, ‘Pesadilla en el Parque de Atracciones‘. ¿Queda alguien sentado y sin corear?
Se van. Vuelven. Se dejan querer.
«¿Cuantos granaínos hay aquí?» Levanto la mano como todo el Palacio. Yo, de Cádiz. Me da igual. Soy un pobre granaíno y De viaje. Espacio para los sintes y los juegos de luces.
Se van otra vez. Vuelven de nuevo. Reunión en la cumbre. Los incondicionales estamos extasiados. Un par de temas más. Muchas gracias Planetas. Sois Leyenda.