Doscientas páginas de historia de la música negra en la autobiografía de una de las voces más carismáticas del jazz: Billie Holiday y su Lady Sings the Blues. Memorias.
Billie Holiday no se corta a la hora de contar detalles escabrosos de su vida y, sin embargo, evita caer en la vulgaridad. ¿Utiliza un lenguaje llano? Correcto. ¿En ciertos momentos abusa de los tacos y palabras malsonantes? Sin ninguna duda. ¿Resulta hiriente la lectura del libro? En absoluto. Después de devorar Lady Sings the Blues. Memorias (Tusquets, 2015), sólo queda decir que Billie Holiday pecó del menor de los defectos: la franqueza. Holiday murió en un hospital neoyorkino en 1959 cuando aún no había llegado a cumplir los cuarenta y cinco, pero tuvo tiempo de publicar esta autobiografía un par de años antes. Época en la que ser mujer de raza negra y mentalidad abierta suponía problemas por mucho que se viviera en el país de las oportunidades.
El libro está dividido en 24 capítulos que reciben el nombre de canciones pertenecientes a la discografía de la propia Holiday (recomiendo la escucha antes y después de cada lectura), selección que inconscientemente adentra al lector en el tóxico mundo de la intérprete afroamericana de una manera directa y sin gilipolleces de por medio. La vida de Billie Holiday no fue un camino de rosas (ni mucho menos), pero siempre tuvo claro hacia dónde quería dirigir sus pasos. Lo que no mata, engorda debió pensar mientras a su lista de despropósitos vitales iba sumando actos como un intento de violación con diez años, su relación con la prostitución, las drogas y los hombres, sus visitas a chirona y, cómo no, su trayectoria musical. A pesar de que su lenguaje y escritura hacen partícipe al lector como si de su particular psicólogo se tratase, Holiday es demasiado consciente de la realidad y evita cualquier atisbo de caer en la autocomplacencia. Con un lenguaje ágil y directo, muestra su vida sin limpiar borrones, siempre con la violencia (demasiado) presente y demostrando haber tenido una mente lúcida respecto a temas como la igualdad de género, la xenofobia, los abismos entre Norte-Sur en Estados Unidos, las mafias policiales (y no tanto), las incoherencias legales o las desigualdades laborales dentro del panorama musical (el caso de los royalties, las salas y los buitres, por ejemplo).
¿Por qué? Porque soy Billie Holiday y he tenido problemas.
Lady Sings the Blues. Memorias resulta un libro ameno en el que re-descubrir la música de Billie Holiday, el ingrato mundo vivido entre bambalinas y la posición social que a una mujer negra que quería ser autosuficiente le tocaba vivir. Una chica dura esta Holiday.