Empezar con “She Is My Man” y terminar con una versión de los Pixies es algo que solo podría hacer un artista tan peculiar como Bigott. Desde el minuto uno, Borja Laudo, consiguió hacernos pasar uno de los conciertos más divertidos a los que he podido asistir, manteniendo en todo momento esa intensidad que te produce el estar inmerso en una interpretación (musical) a la que es imposible quitarle el ojo y dejar los pies quietos más de cuatro segundos.
Todo empezaba sobre las 23:00 de la noche del pasado jueves 4, en la Sala Stereo de Alicante, una sala bastante llena de gente y un ambiente de lo más familiar. Y digo familiar porque es lo que sientes cuando desde el momento en el que entras por la puerta del local observas como el músico, al que vas a ver tocar en unos minutos, está bailando como si no hubiese mañana. Imposible no contagiarse.
Como bien he dicho antes, empezar con uno de tus mayores éxitos y mantener esa misma línea en la que todo el público te aplaude con más fuerza a cada canción que vas tocando, se mantiene pendiente de tu próxima “monería” o a fin de cuentas, hace que te mantengas expectante hasta el final del concierto, no es tarea fácil, algo que para el zaragozano parece ser totalmente normal.
Bigott, encargado de presentar su último trabajo Pavement Tree (2014), nos dejó a todos exhaustos con sus ritmos tropicales que combinados con los golpes de guitarra, suenan como si te estuvieras tomando un cocktail en alguna playa paradisíaca y los problemas no existiesen.
Pero no todo iba a ser canciones nuevas, entre broma y broma sonaban temas como “Find a Romance” o la imprescindible “Cannibal Dinner”, conocida por todos y bailada por otros muchos. Otro de los puntos fuertes de la noche fue la actuación en solitario de la bajista Clara Carnicer, quien con su áspera y potente voz, interpretaba “We’ll Dance”.
El frenético ritmo de todas sus melodías y la entrega y complicidad por parte de batería, guitarra y bajo ayudaban en gran medida a que canciones como “Baby Lemonade”, “Echo Valium” o la mismísima “Pavement Tree” sonaran impecables en directo. Otros temas como “King Of Demo” o “Dead Mum Walking”, en las que el folk y el pop se vuelven protagonistas, sonaban aún mejor que en el propio disco.
Pero muy a nuestro pesar, el concierto no podía durar para siempre y Bigott y los suyos tenían que dejar el escenario, no sin antes regalarnos una maravillosa interpretación versionando a los Pixies, un final acertado para un concierto que estoy segura, no dejó indiferente a nadie. Potencia y muchas risas, así definiría yo un directo de este señor.
Tal vez muchos no puedan llegar a entender la personalidad del zaragozano, a quien pueden tachar de querer dar más espectáculo que música. Sin embargo, el jueves consiguió demostrar que su actitud va junto a su personalidad gamberra y arrolladora y que al igual que en su música, no existen unos patrones de comportamiento a seguir, y eso, sin duda, es lo que le hace ser tan original.
Amén a esa música que se te clava en la cabeza y difícilmente puedes dejarla salir una vez te has adentrado en ella, amen a esos artistas que consiguen reinventar la música.