Tras una semana como margen de reflexión, traemos la crónica del paso de Coque Malla por Cádiz con su gira “Fantasma”, en la cual separa sus conciertos en dos. Una primera parte, en la que pide al público espontaneidad y respeto, para presentar las que serán las canciones de su nuevo disco.


Foto: Victoria García

Ese próximo disco está aún en proceso de grabación, y de él busca observar reacciones y aprobación del respetable. En esta primera parte nos dejó siete canciones, de las cuales destacamos la ya conocida “At the movies”. También destacables detalles como una canción que contará, en palabras del propio Coque Malla, con arreglos circenses al estilo de “Being for the benefit of Mr. Kite” de The Beatles. Tras un descanso, Coque Malla vuelve a escena para presentarnos, según sus palabras “canciones de ayer, hoy, y espero que para siempre”, abriendo con “Berlín”, uno de sus mayores éxitos, y dando paso a “La carta”

Nos presenta a su banda, invisible en este caso, ya que se ha enrolado en esta gira solo con su sombrero y su guitarra acústica. Pero deja claro que, sin su banda no es nadie, y que está deseando volver a la carretera para presentarnos las canciones en todo su esplendor. Da paso a “La mujer sin llave” y “Despierto”, para, a continuación, dejar uno de los momentos mágicos y más inesperados, ya que, el ex Ronaldo, emulando la mítica frase de Arma Letal, dice “estoy demasiado mayor para esto”, mientras nos regala dos clásicos entre los clásicos. “Guárdalo” y “Adiós papá”, canciones que le dieron a conocer durante la movida madrileña. Quita hierro al asunto y nos advierte de que el fin está cerca. “Hace tiempo”, “La hora de los gigantes”, “Lo intenta”, “Hasta el final” y cerrar con “She’s my baby”, con la ovación del respetable y Frank Sinatra sonando por los altavoces de la terraza del hotel en el que, durante aproximadamente dos horas, no existió nada a parte de la música.

Coque Malla volvió para los bises, con “Una moneda” y, casi por obligación, “No puedo vivir sin ti”.

Tras el concierto, quizás lo mejor de la noche, el momento en el que el cantante coge una copa de vino, y se dedica a escuchar a quien se le quiera acercar. A pedir consejo para el próximo disco en cuanto a las canciones presentadas, posibles arreglos, favoritas, o menos favoritas. Un trato humano y cercano perfecto para despedir la noche en un ambiente de lo más familiar.

 

 

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