El sábado 22, día de multitud y resurrección en Sevilla.


Seguimos con el sábado. El segundo día del festival, nos depara una nueva versión de Atrapados en el tiempo, pero sin el gran Bill Murray. En su lugar, el inefable Santi Balmes y sus lesbianos, a la palestra. Love Of Lesbian se ha convertido en una especie de comodín del público, en este caso de los festivales al uso españoles, en los que los catalanes quedan postrados en la cúspide del cartel, en letra grande, marcando músculo y arramblando muchachada de cualquier sitio que visitan.

Se supone que este será el concierto más multitudinario de la segunda sesión del Interestelar, en la que LOL, desplegará en su mayor parte repertorio de su recién estrenado El Poeta Halley, sin renunciar a sus celebrados y coreados, por los fanáticos de John Boygrandes éxitos de 1999 o La Noche eterna […]. Los chicos de Balmes se han convertido en una máquina perfecta de diseñar, etiquetar, empaquetar y ejecutar faenas de aliño en forma de gran faena, para ofrecer un producto impecable, pero previsible. Ya no hay espacio a la improvisación, la genialidad, la locura maravillosa. Puede que ya nos hayamos hecho perfectamente mayores.

Lejos quedan esos dos discos frescos y originales (Maniobras de escapismo y Cuentos chinos para niños de Japón, 2005 y 2007, respectivamente), que salvo sorpresa, pasan desapercibidos en sus conciertos. Y no digamos ya, su primer Is it fiction?. Cuestión que vendría ahora al pelo.


De la multitud a la resurrección.


Hablar de los 091 para un granadino, aunque sea de adopción, es muy delicado. Si lo eres de esa generación que creció y dejó la niñez en la calle, al borde del abismo, siguiendo un camino equivocado y preguntando qué fue del siglo XX, a los pies de la Torre de la Vela, entonces… entonces es un ejercicio introspectivo de alto calado. Es como una especie de catarsis, en la que se liberan recuerdos, descubrimientos, sensaciones y soledades compartidas, a través de las letras de Lapido. En torno a las enseñanzas del Maestro, que con acordes disonantes y ginebra, hizo que entrara la vida en vena, sin aditivos ni conservantes, a toda una generación (o dos). En vez de llevar a Madonna, Samantha Fox o Sabrina en las carpetas del instituto, los ceroinómanos tiraban de ripios de Jose Ignacio, y leían a los quince, relatos de Edgar Allan Poe.

Sin ser un festival el mejor contexto para interpretar su Maniobra de Resurrección (veinte años después de su despedida), será emocionante vivir otro acontecimiento, más lisérgico que musical, que aúne a melancólicos (mejor que nostálgicos) seguidores, con sus hijos y con jóvenes curiosos de otra generación. Sin lugar a dudas, este concierto será el momento más emotivo de la noche. Por lo menos, para otros como yo…


Gran variedad y tercer escenario.


El resto del cartel del sábado es variopinto y lleno de matices. Punto a favor para la organización. Esta heterogeneidad en la programación se echa en falta en la mayoría de los grandes festivales españoles, en los que se podrían recitar los grupos de los mismos, a la manera del once histórico de tu equipo.

Desde los fiables, sólidos, electrizantes y contundentes León Benavente, y su discazo 2, al humor tóxico y la rumba buena de Pony Bravo (que juega en casa); del pop elegante, sofisticado y, en ocasiones, melifluo, de Second,  al rock y blues pantanoso de los ubetenses  Guadalupe Plata; de los históricos sevillanos, Maga, con sus oníricos temas, al equilibrismo entre el mainstream y el indie de Carlos Sadness (siempre muy animado y correcto)… Zahara, Los News…. En definitiva, toda una amalgama de estilos y generaciones, que dan a la postre con un festival muy bienintencionado, que da cabida a algo más de lo que viene siendo el habitual canon estanco de los festivales nacionales.

Y para completar el plan, aparte de los escenarios originales, a última hora se ha contemplado un tercero, para grupos emergentes. Reminiscencia, quizás, del Monkey Week, que supone la antesala de este novel Interestelar. Bueno es, si es así. Guinda perfecta para un pastel, que en principio llena la vista. Esperemos que luego haga lo mismo con el estómago y sacie nuestro apetito. Salud.

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