Tori Sparks, la cantautora de Chicago que actualmente reside en Barcelona, acaba de presentar su quinto disco, El Mar, un disco fusionando el mundo del flamenco con sus raíces musicales procedentes de Nashville, en donde residió una temporada, cosechando gran éxito.  Tori nos ha cedido unos minutos de su tiempo para una entrevista:

– Crees que se puede malinterpretar la fusión de estilos con la falta de creatividad o de ideas. Es un interesante debate.

Creo que no se puede interpretar la idea de fusión de estilos como falta de ideas – de hecho me parece rarísimo interpretarlo así. Sólo hacer un estilo y nunca incorporar elementos fuera del genero mas bien significaría la falta de creatividad – que te limites voluntariamente, conforme a las ideas tradicionales de géneros, porque es lo que siempre han hecho otros antes de ti. Eso sí que podría significar lo que dices. O tal vez, no, porque hay artistas que suelen tocar sólo un solo estilo porque es lo que les atrae, y los demás estilos no tanto. Se puede ser muy creativo dentro de un estilo, o entre estilos. Si hablamos de debates sobre la creatividad, tendría mucho mas sentido decir que hacer versiones en lugar de solo temas propios podría significar la falta de inspiración, no? En el caso de este disco El Mar, no es así, ha sido una elección muy especifica de mezclar temas míos con versiones – pero para mi, este argumento tendría mucho mas sentido dependiendo del contexto.

– Qué tiene “La llorona” que es una canción versionada por muchísimos artistas.

De hecho es una de las canciones del disco sobre la que hemos recibido mas cumplidos. Me ha llamado la atención la canción “La Llorona” cuando la he oído por primera vez en directo, cantado por una banda española en un festival de música SXSW en Austin, Texas hace años. La banda es conocida aquí, se llama DePedro. He empezado a cantar la canción en vivo también, mucho antes de hablar español – me gustaba mucho el feeling y el ritmo, también la letra, cuando he buscado una traducción. Mas tarde he descubierto la versión de Chavela Vargas – la versión que más me gusta – y me he enterado de que es una canción que ha cantado mucha gente. Entonces el descubrimiento de la historia de la canción fue un poco al revés. En los EEUU, no esta tan conocida como aquí, por lo menos en las comunidades que no tienen raíces latinas. (Antes de mudarme a España, mi mundo musical era de rock, blues, folk, y country.) Incluso si supiera al principio que conocida es, el hecho de ser conocida (o no) no me parece una buena razón para grabar una canción (o no).

– ¿Se han quedado algunas otras versiones fuera del disco?

No. Hemos probado una o dos más, pero al final sólo hemos trabajado los arreglos para estos doce temas. Hay unas cositas que estamos mirando para añadir a los conciertos en vivo, algunas son versiones y otras son temas propias.

– ¿Te planteaste un equilibrio entre versiones y temas propios desde el principio o la selección del repertorio fue surgiendo a medida que avanzaba la grabación?

Hemos ensayado estos temas durante varios meses antes de siquiera pensar en grabar – la idea era probarlos en vivo una o dos veces antes de ir al estudio, que es lo que hemos hecho. La verdad es que no he pensado en si había suficientes temas originales y/o versiones, sólo en el equilibrio de ritmos y texturas musicales en el contexto del conciertos, y luego, en el disco grabado. Es mi quinto disco, y es la primera vez que he grabado temas que no eran míos – con la pequeña excepción de “Quizás” en 2011. Creo que no hay peligro de que el público vaya a vernos como una banda de versiones. Había unas canciones nuevas mías que me gustan mucho, pero no las hemos grabado como parte del proyecto El Mar porque me parecían fuera del rollo del sonido.

– ¿Estás satisfecha con el resultado?

Si, mucho. De hecho hay detalles que han salido mejor que hubiera podido esperar antes de empezar. Ha sido muy gratificante hacer esta colaboración con la banda Calamento y los demás músicos españoles que han ayudado en crear el sonido del disco. Me ha sorprendido el nivel de apoyo y “feedback” positivo que hemos recibido después de haber lanzado el disco hace unas dos semanas, estoy muy agradecida.

– ¿Has pensado en seguir fusionando estilos? ¿Hay algún tipo de música el la que te gustaría profundizar?

Creo que no podría evitar fusionar estilos, incluso si lo quisiera. Siempre he incorporado influencias de varias géneros, porque es lo que me resultaba natural – no por intentar ser una artista de “fusión.” Ningún disco mío ha sido fácil de categorizar, que es una cosa buena que por un lado – ayuda a llegar a un publico mas amplio. Pero por otro lado, no ha sido positivo – siempre hacia mas difícil vender los discos a la radio o publicaciones que están interesados en sólo un genero (country, o rock, o jazz, o blues). Cuando no eres ninguna de estas cosas, pero a la vez eres un poco de todo, se complica la vida, pero hace la experiencia (y espero, la música) más interesante. Como ha dicho una cantante de country, Lucina Williams: “Cuando tocas más de un género, te llaman confundida, hasta que llegas a ser famosa – es entonces cuando empiezan a llamarte diversa, original, creativa.” Sí que me gustaría estudiar mas varios estilos – flamenco y la música árabe me interesan mucho en este momento, pero casi cada semana encuentro canciones nuevas que me gustan. Hay pocos estilos que no me interesaría profundizar, porque hay música buena dentro de cada genero. Si luego afecta a la música que toco o escribo, bien, pero nunca es el plan.

– Musicalmente, qué te ha aportado el paso por Nashville, uno de los centros neurálgicos musicales de Estados Unidos. Qué te llevas de Nashville.

Con 17 años empecé a estudiar en la universidad, donde empecé a actuar en micros abiertos y conciertitos en bares y cafés en la cuidad de Tallahassee (Florida), y luego en ciudades al lado, como Pensacola, Jacksonville, o Atlanta (Georgia). Era para divertirme, no para buscar una carrera – al principio tenia planes de ser abogada. Con 18 años grabé un EP de 4 canciones con unos amigos míos, que se llamaba “Tidewaters.” Un día me llamó alguien, un hombre con acento sureño, que decía que tenia un discográfica en Nashville y quería trabajar conmigo. Pensé que era un broma. El seguía insistiendo, y al final vino a Florida para hablar cara a cara conmigo… y con mi madre, porque en este momento, ¡no sabia quién era esta persona! Al final firmé un contrato con ellos, y grabamos el primer disco, “Rivers + Roads”, en su estudio en Nashville. Inesperadamente, me enamoré de la ciudad. Con 21 años me gradué en la universidad y me trasladé a Nashville. Luego no funcionó muy bien esta relación profesional, pero si no fuera por él, nunca hubiera pensado en trasladarme a Nashville. Allí he aprendido un montón, especialmente sobre grabación, sonido, el arte de escribir una canción, la producción, y también sobre negocios.

– Tu formación como actriz influye a la hora de actuar en un escenario como artista musical, es decir, ¿tu concepción de la actuación rebasa los límites musicales? ¿Hay una puesta en escena premeditada?

Creo que ha ayudado mucho, de verdad. De estar ya acostumbrada a actuar en el escenario ha ayudado en saber como relacionarme con el público en el momento – aunque claro que con la experiencia de más y más conciertos, he aprendido mucho, y sigo aprendiendo cada vez. Creo que lo mas importante en el escenario es mostrar confianza, pase lo que pase, y a la vez de buscar la manera de transmitir algo al publico. También, de haber aprendido algo de luces, sonido, maquillaje, vestuario, puesta en escena, y tal, ha ayudado bastante. Hay que pensar en el imagen en el escenario, por lo menos hasta un punto – no hago “stage shows” gigantes con efectos especial ni nada así – pero lo que vea la gente afecta a su experiencia. Si no planificas el elemento visual, pierdes lo que es otra vía de comunicación con ellos.

– A la hora de plantear ese disco para las actuaciones en directo, ¿ha sido muy complejo ese traslado? Es decir, es muy diferente el sonido del disco del sonido en directo?

La única diferencia notable, creo yo, es que los conciertos son un poco más rockeros que el disco – es imposible evitar, es la energía que sale en directo. La verdad es que es casi mas fácil esta vez hacer que los directos suenan como el disco que en los casos de los discos anteriores. Estoy actuando con los mismos músicos con quienes he grabado el disco – muchas veces no es así. Por varias razones – disponibilidad, o porque yo estaba viajando o lo que sea – actuaba con otros músicos que han aprendido los arreglos ya hechos. La únicas diferencias en este caso es que nuestro guitarrista eléctrico, El Rubio, no ha tocado en todas las canciones en el disco. Cuando hacemos conciertos con el, obviamente tenemos que adaptar los arreglos un poco, pero funciona bien. También, las cantantes que han hecho las segundas voces a veces están o no están. Fuera de esto – y un poco de improvisación de nuestra parte en el escenario – los arreglos son exactamente lo que hay en los discos.

– Y relacionado con esto, ¿si tuvieras que convencer a alguien para ir a ver tu actuación, qué le dirías?

Depende de la razón para que estuviera intentando convencerle… si fuera un promotor, un fotógrafo, un amigo, un chico que me gustase, un periodista, un posible fan, mi abuela, un compañero músico… si fuera un desconocido, con ningún contexto ni profesional ni personal, le diría que será divertido, que probablemente va reír mucho – también que será enérgico y emocional, y que los demás músicos en la banda son impresionantes en vivo … que total, nunca se sabe que pasará en el escenario con nosotros. No puedo garantizar que seremos su banda favorita por toda la vida, claro, pero que por lo menos, que lo pasara bien en el concierto.

– ¿Tienes alguna manía poco confesable antes de salir a escena?

No, ¡pero podría inventar una si quieres….! Ninguna manía, sólo que me importa mucho tener unos minutos sola – cinco como mínimo, pero mejor si son diez – para calentar la voz, estirar un poco, y concentrarme mentalmente. La parte física es para evitar hacerme daño cantando. La parte mental también, porque si estas tensa mentalmente antes de actuar, también el cuerpo esta tenso… y porque tengo que llevar la mayoría de la gestión y organización del concierto a la vez que estoy intentando ser “artista.” También, para estar tranquila antes de empezar, me gusta haber podido probar el sonido con calma, y tener un poco de agua conmigo en el escenario… si estoy enferma, un poco de whiskey también, que ayuda a la voz. Nada demasiado loco, ¿no?

– Y para ir terminando, ¿nos recomiendas algún grupo/músico/cantante que consideres que debe ser más conocido/a?

Bueno, ha muchos! Especialmente en Nashville, encuentras un montón… escucho todavía al primer disco de una amiga mía que se llama Angel Snow, por ejemplo. Creo que me lo ha regalado en 2006. También, hay muchos que son “famosos,” pero depende con quien hablas, mucha gente (fuera del mundo de músicos y periodistas y super-fans) que no les conocen porque no son tan mainstream como Lady Gaga. Por ejemplo, Beth Hart, Iron and Wine, the Black Angels, Yasmin Hamdan, Nico Vega, Viktor Krauss, Over the Rhine, Abdeljalil Kodassi.

– Y, finalmente, qué otras aficiones tienes, a parte de la música.

La música era mi hobby, pero ahora es mi trabajo, y es un trabajo de 24 horas! No tengo mucho tiempo libre… pero cuando puedo, leo mucho, especialmente sobre la historia, arquitectura… poesía en ingles y castellano, y el arte. Intento siempre hacer tiempo para ver amigos, cuando no estoy viajando, y en Barcelona es fácil encontrar una buen sitio para tapear y hablar de la vida. Voy a conciertos de vez en cuando, el ultimo que me ha gustado mucho era de Anoushka Shankar. Escribo un poco para una revista de cultura en Barcelona que se llama Metropolitan. Estoy aprendiendo italiano, y re-aprendiendo francés (que no lo hablo tan bien desde que me mude a España).

Muchas gracias por tu tiempo, Tori, te deseamos lo mejor.

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