Entrevistamos a Santiago Álvarez, director del Festival SanSan (Gandía) que nació con fuerza la Semana Santa del 2014 y que casi puede considerarse un festival consolidado dado el alto número de asistentes así como su satisfacción. Hablamos de cómo se inició el proyecto, cómo eligieron a los artistas y qué planes tienen para que en el futuro siga existiendo el SanSan Festival.


 

Llevamos tiempo asistiendo a festivales (como público y como prensa) como para detectar en cual impera el buen rollo y en cual no. El SanSan Festival en su primera edición nos demostró que más allá de los fallos técnicos provocados por imponderables (lluvias o cualquier otro fenómeno meteorológico) es un festival con una calidad humana a la altura de su entusiasmo y capacidad de trabajo. Y no lo decimos por decir, es un hecho y, sobre todo, un valor añadido del que son conscientes sus organizadores y la gente que trabaja para sacar adelante un proyecto que nació con muchísima ilusión y esfuerzo, tanto que en apenas 4 meses fueron capaces de ofrecer al público festivalero una alternativa al circuito veraniego musical.

¿Quién eres, a qué te dedicas, a dónde quieres llegar?

Soy Santiago Álvarez, director del SanSan Festival, pero antes de llegar ahí ha habido un proceso de muchos años. Soy empresario en el ámbito de la hostelería y desde hace unos 6 años promotor de conciertos. Empezamos a involucrarnos en el mundo de los festivales, subiendo y arriesgando un poco más. Gracias a esto conocimos a mucha gente, también grupos, bandas. Vas cogiendo experiencia, si algún empresario dice que en su vida le ha ido todo bien siempre, miente, pero, poco a poco, somos la suma de muchos años de experiencia, dedicación…

 ¿Cómo surge el SanSan Festival?

La idea del festival la teníamos desde hace unos tres años, teníamos la fecha muy clara, Semana Santa, que huía un poco de todas las fechas festivaleras, y nos faltaba el lugar. Quería un festival de perfil indie de bandas españolas. Creo que tenemos un gran nivel de bandas en España que muchas veces no los valorábamos. Mi idea era juntar todos los artistas que estuvieran de gira, en un mismo festival. Las 50 o 60 bandas más importantes e intentar crear algo mágico. Pero nos faltaba el sitio. El 27 de julio de 2013 hicimos en el puerto de Gandía un concierto de David Guetta y buscábamos un lugar para hacer el afterparty del evento. Y ahí conocimos el Wonderwall Resort. Nos pareció increíble, nos enamoramos de él, tiene un encanto mágico. En la primera reunión hablamos del concierto de David Guetta y en mitad de la reunión les expliqué el proyecto que tenía en la cabeza. Pasado el verano nos sentamos en noviembre a plantear la idea. Yo ya había estado tanteando a grupos, la fecha, el nombre… lo tenía todo más o menos preparado. En diciembre nos dieron el “ok” y el 27 nació el festival. En tres meses y quince días conseguimos sacar adelante un festival que creo que ha impactado a todo el mundo que esté en la órbita de los festivales y prácticamente consolidado. Creo que el secreto está en el equipo humano que tenemos y en querer diferenciarnos un poco del resto de festivales: la imagen es mucho más impactante, con un logotipo llamativo, estilo comic, queríamos una mascota con un tinte un poco gamberro, sin hacer cosas ilegales ni malvadas, que se ha convertido en una mascota reconocida y graciosa.

 ¿Crees que hay una burbuja festivalera actualmente y más de grupos españoles?

Absolutamente, y yo ya me he sumado al carro, aunque ya llevaba tiempo haciendo festivales (de otro perfil) y trabando con muchos de los grupos. Muchos promotores se están sumando y algunos sin tener mucha experiencia o medios lo que consiguen es enturbiar la seguridad que puede dar el ir a uno u otro festival. Por desgracia ha habido varios festivales que han desaparecido el año anterior que no han podido salir adelante. Creo que hay que empezar pasito a pasito, peleando también con cosas pequeñas, no hace falta hacer grandes cosas y es necesario tener una base antes de lanzarse. Esto va a terminar rompiendo por algún lado, desapareciendo algunos y estableciéndose los que mejor lo hagan.

  Sansito es una idea muy simpática pero que podía haber quedado incluso, y disculpa la  palabra, ridículo. Fue valiente.

Totalmente, nunca se había utilizado una mascota en un festival de forma tan activa. La gente le saludaba,  se hacía fotos, era el más ligón del festival. Fue una apuesta dentro de la idea que teníamos de hacer algo  diferente. Los grupos son los que son y te tienes que diferenciar en otros aspectos.

  Habéis dado valores añadidos al festival

Efectivamente. A pesar de los problemas técnicos creemos que hubo buen rollo y queremos seguir  potenciando esos valores añadidos. Queremos seguir fomentando la cercanía entre público, artistas,  prensa, gente que trabaja… que la gente se sienta como en una pequeña familia. Eso no tiene precio.

 

¿Cómo seleccionáis a los artistas?

Yo soy el director de contratación pero siempre me gusta consultarlo, me gusta pedir opinión, tengo también debilidad por determinados grupos… a veces es por gustos, otras por intuiciones, otras recomendaciones de amigos y este año vamos a incluir el “Comité de sabios” formado por prensa, blogs, promotores, managers y público a los que vamos a preguntar ciertas cosas. Este es un festival para crear una gran familia. Al empezar la temporada solemos preguntar a través de las redes sociales qué artistas podríamos incluir, y si podemos, les incluimos.

 ¿Habéis pensado abrir la interactuación con el pueblo?

El año pasado recibimos felicitaciones de hostelería, hoteles, taxistas… diciendo que habían batido récords. El pueblo ha visto que es beneficioso, al estar diferenciados por la pulsera, la gente podía comprobar cómo se comportaban de bien los asistentes. Este año querríamos salir más al pueblo, realizando eventos fuera del recinto, de los horarios y abiertos al público para integrar más aún el festival con el pueblo. Este año, tras ver que no hubo incidentes, nos están dando muchas más facilidades.

 ¿Cómo ha surgido la iniciativa “#1 niño 1 bici”. Le da un toque más humano?

Ha surgido a través de una amiga que es miembro de la asociación Burning Asfalto que tienen un proyecto muy bonito: hay un montón de familias que no pueden comprar ni siquiera una bicicleta a su familia. Para mi una bicicleta no puede ser un lujo, cada niño debe poder disfrutar de ello. Si donas una bicicleta ellos la restauran y buscan a las familias más desfavorecidas.

 Si tuvieras un Delorean a qué festival te gustaría ir y a qué grupo llevarías al SanSan.

Woodstock debió de ser algo increíble si después de tantos años sigue llegando, algo tuvo que tener ese festival, no me importaría ir.

Y como grupo traería a Héroes del Silencio, soy un fan absoluto. Fui al último concierto que hicieron en Cheste. Sería la banda que volvería a unir.

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