En la red social de los ciento cuarenta caracteres se presentan como @SomosNHILL, toda una declaración de personalidad y ambigüedad. A través de su música he tratado de penetrar en el misterio, y a decir verdad, he avanzado.
En el mundo de los números, un follow de más en Twitter puede desmerecer tu cuenta entera frente a la de la competencia (?). En el caso del medio en el que escribo, puedo decir que seguimos a muchas más cuentas que otros blogs, y que eso quizás nos haga peores ante los ojos de la crítica mediática, pero también es un hecho que nos permite estar más cerca de los lectores fieles y de las bandas emergentes que de verdad nos interesan.
En esta última categoría están NHILL, que antes fueron Furia!, un nombre con mucha fuerza sí, pero cuyo nicho estaba colmado. ¿Quién no conoce no ya a un grupo que contenga esa palabra, sino a dos? NHILL -pronunciado “nil”- es o bien un cráter de Marte o bien una localidad de Australia, dos sitios en los que probablemente nunca hubiésemos estado, hasta que la banda cambió de nombre. Ya podremos decir eso de “estamos en NHILL”. Más allá de la radical variación de denominación, NHILL es una banda que ha ido creciendo, y que lo sigue haciendo de forma paulatina, convencidos de que cuantas más chispas produzcan, antes llegará la explosión. Pura química.
NHILL huye de definiciones en su descripción, algo muy común hoy día, en la que la tarea de etiquetar les toca a otros. No es un trabajo fácil, hay que tirar del manido término “ecléctico”, pero en esta mezcla sonora todo parece encajar bien, logrando un sonido más o menos definido e identificable. Hijos de los 90 y 2000, así como de la escena menos garagera de Madrid (ojo, que no rockera), NHILL son capaces de facturar canciones pop con guitarras puramente rock, rodeadas de un halo de misterio. Aquí sí que hay que decir que el grupo ha etiquetado sus canciones como dreampop, y no van desencaminados. La ecuación la completan unos buenos sintes que terminan de actualizar su sonido a la década que nos ocupa.
En su Soundcloud presentan seis chispazos bajo la etiqueta #SeresVivientes, que conforman un buen cuerpo sobre el que iniciarse en ellos. No te resultará complicado incorporarlos a tus escuchas diarias, con total seguridad te recordarán a muchos grupos de actualidad, pero con esa misma seguridad sabrás que poseen características diferenciales. Pop rock, pop punk, dreampop… Antes aprendes a pronunciar su nombre que a encuadrarlos.
Son NHILL y esto es ‘La Velocidad el Silencio’: