Los dos nuevos temas de los australianos demuestran la falta de rumbo del grupo, que con estos estrenos ha conseguido decepcionar a los más fieles.
Tame Impala ha ido simplificándose a cada paso que ha dado, si Innerspeaker se descubrió como un enorme lienzo, un álbum en continua expansión, lleno de matices y rezumante de talento, ya en Lonerism escuchamos como la banda liderada por Kevin Parker buscó concretar y concentrar ese talento. El resultado fue realmente bueno, ya que sin abandonar el sonido del primer LP, consiguieron condensar su calidad en un par de canciones que conquistaron al gran público como ‘Elephant’ y ‘Apocalypse Dreams’.
Sin embargo, parece que el proceso de simplificación ha continuado en el que será su tercer álbum, Currents. Los dos primeros adelantos están en las antípodas sonoras de las citadas ‘Elepehant’ y ‘Apocalypse Dreams’, cuyo sonido enganchaba a la primera escucha. ‘Let It Happen’, el primer estreno de la tercera etapa, es un auténtico desastre, impropio de Tame Impala y del genio mostrado por Kevin Parker en la composición. No engancha en ningún momento, y su estructura roza lo ridículo. Estos errores podrían perdonarse en una composición más corta, pero sus casi ocho minutos la convierten en un fallo mayúsculo. Siete minutos y cuarenta y nueve segundos que muestran una clara influencia de Daft Punk y los Darkside, pero en los que Tame Impala no termina de romper nunca, ni en cuanto a lo bailable del tema (cualidad que se intuye pero que no se explota), ni en su parte ácida, muy diluida en esta ocasión por la poca imaginación que aportan los recursos usados. El abuso de los bucles y del sampleo hacen imposible cualquier tipo de progresión, y si a eso le sumamos una estructura que parece fruto del azar, nos queda un trabajo simple y pobre. Carece ‘Let It Happen’ de finalidad concreta, resulta imposible encontrarla, ni aún siguiendo letras y música. Un verdadero gatillazo.
”Cause I’m A Man’ termina de confirmar la ausencia de imaginación de Tame Impala. Empieza suave, lenta, buscando muy probablemente la instrospección, pero se queda en una balada ochentera con unos destellos psicodélicos probablemente provocados porque sepamos que son Tame Impala, pero no nos engañemos, no hay nada de psicodelia en ”Cause I’m A Man’. En esta ocasión si que existe una estructura clara y con sentido, pero que no deja de ser un cliché que venimos escuchando desde hace décadas, un cliché que no aporta nada. Vocal e instrumentalmente, Tame Impala tampoco se muestran creativos, usando los mismos recursos que los auparon a la cima, solo que en un terreno que les ha venido resultando ajeno a ellos, pero no al público.
No tiene buena pinta el recién anunciado Currents, ni la deriva electrónica anunciada por Tame Impala, alejada de otros buenos trabajos en el género como el reciente Panda Bear Meets the Grim Reaper de Panda Bear, que bien podrían servir como ejemplo actual de comunión entre la electrónica y la psicodelia, sin necesidad de viajar tres décadas en el tiempo y sin necesidad de mezclar churras con merinas. ¿Dónde vas Tame Impala?