Semanas ha, desde El Ukelele tuvimos la suerte de estar invitados a la presentación oficial (y en sociedad) de un nuevo proyecto que surgió en la capital como una útil evasión de las vidas laborales de sus componentes y que ha terminado convirtiéndose en una propuesta efervescente del rock patrio. Bajo el escueto nombre de SCR acaban de publicar Hipnosis, su primer trabajo conjunto donde la espontaneidad es la reina de la fiesta. Estuvimos con ellos y aquí os lo contamos.

 

 

¿Quiénes sois, de dónde venís y hacia dónde vais?

Somos Ekain Elorza, Jose Alberto Solís, Eduardo M. Molina y Juan de Dios Martín. Venimos de Dinero, Última Experiencia, Pepper & The Stringalings, etc. y vamos hacia donde el viento nos lleve y a donde nuestras respectivas bandas nos dejen.


¿Cómo definiríais a la marca SCR?

Crudo, sin andarse por las ramas, sin darle demasiadas vueltas. Simple y llanamente ruido bien organizado.


Para un merluzo que no tenga oído, esta pregunta es clave. ¿Cuáles son vuestras influencias?

Toda la buena música en la que oiga bien la guitarra y el bajo. Led Zeppelin, Wolfmother, Queens Of The Stone Age, Kyuss, Jack White, The Raconteurs… Buen rock & roll.


Acabáis de publicar vuestro primer disco como SCR. ¿Qué vamos a encontrar en él y qué esperáis sobre el mismo? Contadnos sobre el proceso de fragua de este trabajo.

El maestro de ceremonias Juan de Dios Martín (Amaral, Barón Rojo, Xoel López, etc.) fue el herrero que puso todas las piezas en su sitio. Juntamos unos cuantos temas, subimos todos el volumen al diez y en cuestión de unas 7 horas estaba el disco grabado y mezclado. Fue un día de estudio, llegar, montar, grabar y mezclar simultáneamente, y a plancha. Lo que se ha logrado es un disco potente, con la fuerza de un directo y la limpieza del estudio. No hay adornos, no hay piezas sueltas. Se escucha lo que fue nuestra explosión sin contener.

 

Empezasteis como proyecto circunstancial con conciertos clandestinos y habéis terminado grabando un disco que destaca por su potencia. ¿Qué os decidió a dar el salto y profesionalizar el proyecto?

Lo cierto es que las pretensiones nunca han estado escritas. Parece mentira, pero todo ha ido haciéndose sobre la marcha. Al igual que en nuestros temas, la improvisación es el punto clave del proyecto. SCR nació como un grupo de amigos que quería tocar y liberar tensiones. Salieron temas y siguen saliendo, nos gusta ensayar juntos, y, desde luego, había que acercar esos temas al público. No nos gusta dejarnos los oídos sordos solos, cuanta más gente mejor.

 

Los medios tienen mucha fe en vosotros. ¿Cómo encaráis este proyecto? ¿Presión?

¡No! Presión no. En nuestros respectivos proyectos ya es una vorágine de cosas alrededor como para hacerlo igual en esta banda. Nos lo queremos tomar con calma. Queremos estar ahí, pero sin forzar. Tenemos un lienzo en blanco delante. No queremos pintarlo todo en cinco minutos, nos vamos a tomar con calma el pintar este cuadro. Es nuestro propio lienzo, y queremos que quede bonito.

 

Cada uno de vosotros tiene una amplia experiencia en el panorama musical, ¿cómo veis el momento que vive en la actualidad la cultura y la industria musical? 

Estamos en un momento en el que la industria intenta vivir como ayer, hoy. Los tiempos han cambiado, y siguen en ello, la gente en el mundo de la música y el arte en general tiene que adaptarse y buscar cosas nuevas. Pero, sobre todo, currar. Lo más importante es estar ahí, no parar de intentarlo y estar al pie del cañón. Aunque todo con una pizca de dinero y otra de suerte sale mejor, claro.

 

Después de veros en la sala El Sol, uno de vuestros puntos fuertes son los directos. ¿La experiencia es un grado?

Hay que experimentar todos los públicos que puedas experimentar. Hemos tocado a lo largo de nuestras vidas en institutos, hospitales, radios, teatros, habitaciones y salones, patios y parques. En cada concierto el público es un ente nuevo, lo que tocamos responde a ellos. Tocamos una canción u otra depende de como respondan. No vamos cerrando setlists a priori. Intentamos ver en la gente lo que quieren tener, y estamos con la guitarra en mano para dárselo.

 

¿Qué pensáis de la gente que asiste a los conciertos más para grabaros en su iPhone que para disfrutar del directo?

Que disfruten de su medio tema saturado el día siguiente entero. El iPhone está matando la percepción de todo. Tienen delante algo que pueden escuchar mejor que en dolby surround y panorámica total. Tienen la oportunidad de saltar, de oler el baile y el sudor de la gente que se está entregando, y la oportunidad de grabarlo todo en sus cabezas. Dejad los iPhones, tenemos fotógrafos que os darán fotones el día siguiente. Dejad los videos, tenemos gente que os sacará buen material en breves semanas. Dejad de intentar demostrar en Facebook que sois mejores que vuestros amigos, sois superiores a todo eso, ya sois mejores por apoyar la música. ¡Disfrutadla!

 

¿Con quién os gustaría sentaros a jugar una partida de mus y hablar sobre como cambiar el mundo?

Lo de cerveza, mus y arreglar el mundo, nunca mejor que con los amigos. Pero Bob Dylan y Joan Baez, como grupo contrincante, no estarían nada mal.

 

Ya para terminar, ¿a qué artista/s os gustaría que entrevistásemos desde El Ukelele?
Si conseguís a Jack White nos avisáis y nos tocamos unas jotas con él. ¡¡Muchas gracias, maestros!!

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