Para aquellos despistados, Ornamento y Delito no sólo es el nombre de uno de los brillantes textos de Adolf Loos. Ornamento y delito es pop. Es punk. Noventas y ochentas. Una propuesta musical que se creo por el simple hecho de tocar y fabricar pero sin la necesidad de la supervivencia material. Acaban de sacar su último disco, El Espíritu Objetivo, con el que retoman las atmósferas oscuras del retropunk. Estuvimos conversando con ellos en su local de ensayo y aquí os lo contamos.
¿Quiénes sois, de dónde venís y qué hacéis?
Somos Ornamento y Delito, grupo que nace en Madrid en 2007 formado por un chico de Valladolid y tres tipos de Bizkaia que se vinieron a trabajar a Madrid. En 2011 fichamos por Limbo Starr y acabamos de sacar nuestro último trabajo, El Espíritu Objetivo. Todos tenemos un largo pasado musical, ya no somos unos chavales (risas). Aunque alguno esté envejeciendo al estilo Imanol Arias (risas).
¿De quién fue la idea de hacerle un buen homenaje a Adolf Loos con vuestro nombre?
El nombre viene de un grupo anterior. (Gari al habla)Yo estudié Filosofía y durante la tesis leí sus libros. Además, nos hacen mucha gracia los nombres de los grupos de los ochenta como Bauhaus o Gabinete Caligari. Realmente era más un guiño a ellos que un guiño al Loos arquitecto.
Acabáis de publicar vuestro tercer disco, El Espíritu Objetivo, ¿qué vamos a encontrar en él?
Quizás es un disco más oscuro que el resto en el sentido de tener un sonido menos pop y guitarrero. En este caso, hemos contado con una producción más ochentera donde tiene más presencia lo percusivo. (el grupo debate sobre esta cuestión)
Veo que tenéis punto de vista diferentes entre vosotros y que, además, no os lo calláis.
Somos un grupo que está en constante debate sobre nuestras ideas y cada uno opina diferente sobre este trabajo. Algunos piensan que es menos accesible, otros que es una evolución natural de los anteriores trabajos. También depende de cuáles sean tus influencias, ya que para aquellos que bebemos más de la década de los ochenta este disco es más redondo mientras que para los que están influidos por los noventa, no es así.
Me ha llamado la atención muy especialmente la portada del disco. ¿A quién se le ocurrió la idea?
A Carmen, de Limbo Starr. Ya ha realizado muchísimas portadas de otros artistas anteriormente (Nacho Vegas o Abraham Boba), para que veas como la compañía pone su propia impronta en el grupo. En cierto modo son bastante paternalistas. Se esfuerzan por conocer al grupo y participar de él.
¿Qué tal fue la experiencia de grabar con Iñaki Llarena?
Se acordó con el sello y fue muy bien. Estuvimos cinco días la casa de sus padres en Aberín, un pueblecito de Navarra. Estábamos muy centrados en la grabación y llevábamos ya los temas bastante trabajados. El único problema fue la distancia y a la hora de hacer la mezcla sí que se notó que no había ese contacto carnal. Imagínate distintas percepciones por mail (risas).
¿Por qué elegisteis Carnaval Armado como primer single de este nuevo trabajo?
Quizás era la más sencilla y hortera. Había que buscar un tema efectivo y ya estaba rodada al haber hecho un vídeo anterior de presentación para la discográfica. Suena a hit festivalero chusco con letra sangrante. Habla de lo más miserable pero a la vez no puedes dejar de bailar. Es como cuando hicimos Los fantasmas del Windsor.
Hace unas semanas estuvisteis presentando vuestro trabajo, ¿tenéis pensado hacer más fechas?
De momento tenemos una fecha. El disco ha salido en junio y tampoco estamos buscándolo. Tenemos una fecha en Tarragona en el Palmfest, y esperamos a que el disco madure para ver dónde iremos a tocar.
Ya para terminar, ¿a quién os gustaría que entrevistásemos?
A Jaime Urrutia que al final no se pasó por nuestro concierto. A Mario Blanco. A Los Lagos de Hinault. Al cantante de Los Salvajes. A Comando Asesino.