En la última jornada de Low Festival, la del domingo 31, los conciertos más suculentos se encontraban en el escenario Wiko, incluyendo uno de los “tapados” del festival: Pablo Und Destruktion


Texto: Mauel Romero

Fotografía: Aída Cordero

¿y si repetimos por tercer año consecutivo?

Tras una primera jornada de calentamiento y un más que intenso segundo día, el día de cierre del festival que presentaba como un mero trámite con pocos conciertos de alto bagaje, y era sin duda el momento de sacar la lupa y fijarse en el escenario Wiko. Aún así, alguno de los grupos del escenario Matusalem e incluso del gran Budweiser eran dignos de presenciar.

El día empezaba con la ya comentaba disyuntiva entre dos de nuestras letras pequeñas. Por un lado el azote de La Mancha, Mucho, presentaba su Pidiendo en las puertas del infierno en el escenario secundario, mientras que Las Ruinas desplegaban su heavy pop en el escenario Wiko. Mirando a Aranda y al pasado (ya he podido ver 4 veces a los manchegos), me decanté por los catalanes. El trío Las Ruinas presentó un sonido enérgico desde el principio, y la solana que de Benidorm ayudó a que el tímido público asistente sudáramos la gota gorda. Por suerte, a las 4 canciones una nube hizo las delicias de los más calurosos. Más allá de la discutible hora y del justo número de asistentes, estos fueron un público entregado, incluyendo a los integrantes de Terrier, que no paró de sentir el derroche del trío sobre el escenario y que llegó a animarse a montar algún que otro pogo. Pero Las Ruinas no son sólo intensidad y despreocupación (algo que su puesta en escena con una gamba hinchable demuestra), sino que sus letras, más allá de la genial y bizarra ‘Cubata de fairy’, pueden hacer incluso que nos sintamos identificados, como sucedió en ‘Secundarios del mundo uníos’. Además, ya casi para cerrar nos dejaron ese himno que es ‘Cerveza beer’, en el cual el público echó el resto.

Ver a Martí y compañía siempre es un gusto, y con suerte, pude disfrutar en directo de ‘Nuevas Ruinas’ y ‘Fue’, canciones de cierre en esta gira; así como el disfrute del propio grupo con sus sintes, algo que se vio potenciado por la presencia de Emil Saíz, guitarrista habitual de Iván Ferreiro y líder de Nothing Places, quien se encargó de las pocas guitarras aún presentes en Mucho.

La razón más importante para pisar el escenario principal del Low Festival en esta última jornada tenía raíces en Galicia y regusto a Buenos Aires. Xoel López congregó a un importante número de asistentes en su concierto a las 8 de la tarde. Sin duda, no saldrían descontentos; intercalando canciones de sus trabajos en solitario con temas míticos de Deluxe, hizo delicias con su guitarra (iba acompañado únicamente por bajo, batería y teclados, uno de estos Charlie Bautista), llegando a marcarse un solo que rozó el heavy metal, dándole una vuelta a todas sus canciones y saliéndose de los discos. Sin tener muchas ganas de su concierto, fue sin duda de los conciertos más animados y en los que más canté. Imposible no venirse arriba en ‘Que no’ o ‘Todo lo que merezcas’. O con cualquier otra del setlist.

Tras esta entrega con el músico gallego, se daba por inaugurada la sesión de escenario Wiko que marcaría mi final de Low Festival. El encargado de ello era Pablo Und Destruktion. Tras haber escuchado su disco en directo y alguna que otra canción suelta, y conociendo la filosofía del asturiano, asistí al concierto con más curiosidad que otra cosa, y el resultado fue que ascendí su concierto a la gran revelación del festival. Notable era la cantidad de gente que congregó, así como sorprendente los músicos que le acompañaban: más allá de la parte rítmica (la cual me dejó alucinando a lo largo de todo el set), él era la única guitarra eléctrica, y la formación la completaban un músico armado de guitarra española y arco; y una violinista que fue sin duda lo mejor de toda la instrumentación, junto a momentos puntuales de la guitarra del propio Pablo. Al contrario de lo que podría parecer esta propuesta, el concierto no fue precisamente “de cámara”, sino que las cuerdas y la base rítmica crearon una atmósfera oscura a la par que pesada, y en determinados momentos, la energía del violín junto con la guitarra del asturiano dejaban un regusto incluso a psicodelia. Temas que sí pude reconocer como la ácida ‘Pierde los dientes España’, la pegadiza ‘Mis animales’ y el derroche lírico en el cierre con ‘Busero español’ consagraron el concierto de Pablo Und Destruktion como uno de los mejores del Low Festival.

Foto: Aída Cordero

Nuestra compañera Aída se acercó a sacar unas fotos a Marky Ramone`s Blitzkrieg sin saber que iba a ser “bautizada” por los esputos de Ken Stringfellow… Una experiencia más a la saca. Puro punk y energía con temas clásicos.

El plato fuerte del día eran los ya más que rodados (y trillados) Vetusta Morla. El grupo de Tres Cantos ha ofrecido únicamente 5 conciertos este verano, y el último de ellos fue el del Low Festival. Así, Pucho anunció que ponían fin a una etapa, algo que nos sonó a fin de ciclo y que sinceramente, me alegró. Reconociendo que son músicos geniales y que su puesta en escena sea probablemente la mejor en la escena nacional actualmente, el grupo ha dejado de transmitirme de verdad, y ahora me suenan a más de lo mismo; si bien temas como ‘Valiente’ siguen sonando como importantes himnos del indie patrio y ‘Cuarteles de invierno’ es otra de esas “canciones martillo” que llevo escrito a fuego, el resto no me dijeron nada, y alrededor del ecuador del concierto decidí desconectar parcialmente y acabarlo en las gradas.

Con esto el Low Festival entraba en su recta final, y aunque el cansancio se empezaba a hacer latente, aun quedaban dos grupos marcados en la lista de conciertos pendientes. El primero de ellos en ser tachados fue El Último Vecino. El grupo liderado por Gerard presentaba su débil segundo álbum, Voces, un disco que sabe a poco, y que no mejora precisamente en directo. Tal vez temas como el homónimo o ‘Mi escriba’ podrían salvarse, pero el abuso de los otros cortes, que no aportan nada nuevo, hizo el directo de los catalanes un poco tedioso. La interpretación de ‘Tu casa nueva’ o ‘Tú no estás asustado’ maquillaron el set, que se vio potenciado por un muy buen frontman como es Gerard, y salvando al concierto de la etiqueta de “decepción”. Por último, el segundo concierto tachado y con el que decidí poner fin al Low Festival (más allá de que me quedé a la sesión de los Ochoymedio Djs) fue el de Trajano! El grupo está maravillosamente liderado por Lois, que se mostró más que comunicativo, demostró estar a la altura del frontman que hace un rato había dejado el mismo escenario (incluso por encima) y llegó incluso a hacer crowdsurfing entre las primeras del público, pese a la frialdad de este. Tal vez las 4 de la mañana no era el mejor horario para programar un concierto con tanta oscuridad como la del cuarteto madrileño, pese a que dejaran claro que ya no son únicamente un grupo de postpunk mediante un genial uso de los sintes que les acerca al sonido dark wave en temas como ‘Árpád Descansa’. Además, la entrega de Lois y Álvaro a sus instrumentos mostró que Trajano! es de esos grupos que saben salirse del disco y ejercer buenos y sobretodo originales directos.

Nuestra compañera estuvo viendo el concierto de The Kooks desde la piscina, siguen sin convencerla del todo, dónde quedó esa personalidad del primer álbum con temas como ‘Oh La’ o ‘She moves in her own way’….

Javiera Mena, sin embargo, estuvo espléndida. Poca gente había cuando comenzó su espectáculo tan fuerte como viene siendo habitual, con ‘Los olores de tu alma’. La chilena va creciéndose cada vez más en los escenarios y vaticinamos (o así queremos creer) que será una de las grandes divas del electropop hispano de aquí a poco. El momento de la batalla con sables láser mientras suena ‘Espada’ siempre deja a los espectadores encantados. También sonó su celebérrimo hit ‘Luz de piedra de luna’. Con buen criterio dejó a un lado los temas más tranquilos para regalarnos una hora de pura adrenalina electropop para cerrar con el romántico ‘Yo no te pido la luna’, coreado por más de un hombretón.

Sin duda, uno de los grandes descubrimientos del festival fueron los Miami Horror que, aunque programados un poco tarde, pudimos disfrutarlos, eso sí, desde la piscina y tomando la última, ya que estábamos reventados.

Tras el buen sabor de boca tras los dos conciertos vividos en el escenario Wiko, decidimos quedarnos al cierre del festival con la sesión de los Ochoymedio Djs, que plantearon una sesión a modo de resumen del festival aderezado con temas inevitables como ‘Toro’ o ‘Mi Realidad’, pero sin duda, fue ‘Puto’ de Molotov y los remixes juntando Vampire Weekend con Los Ramones o ACDC y Queen lo que dejaron la sesión bastante curiosa, pese a lo cutre del cierre con ‘Livin’ on a Prayer’.

Foto: Aída Cordero

Con esto terminaba una nueva edición del Low Festival. El festival de Benidorm pudo salvar los muebles finalmente, tirando como siempre de los grupos más pequeños y de la nostalgia noventera de su segunda jornada, pero sabiendo a poco si se comparaba con su anterior y tan nutrida edición. Además, más allá de lo música, el festival también perdió en cuestiones como el pago cashless. Aún así, el festival demostró que, en relación calidad precio sigue siendo de los mejores, y a más de uno se nos quedó el runrún en la cabeza… ¿y si repetimos por tercer año consecutivo?

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *