Viento de cara, así se llama el nuevo trabajo que Supersubmarina vino a presentarnos el pasado viernes, 19 de diciembre, a Zaragoza.

Quizá por un capricho del destino o quizá porque la noche elegida no pudo estar más de acuerdo con el título; las caras impacientes de los que llenarían por completo El Teatro de las Esquinas esperaban ante las puertas bajo un viento helador.

A las 22h, la escenografía de estética retro-vintage, aguardaba la salida de los de Baeza. Los cinco paneles luminosos situados en el escenario fueron todo un acierto en su afán por dar un giro a su espectáculo y ofrecer un concierto visualmente más atractivo e, incluso, en ocasiones, se convirtieron en verdaderos protagonistas.

Hacía bastante tiempo que no pasaban por la capital zaragozana, y eso se hacía notar, así que con las primeras notas de Samurái, comenzaron las muestras de cariño en forma de aplausos hacia la banda que apareció en escena dispuesta a dar a conocer el nuevo disco casi en su totalidad.

Nos hicieron entrar en calor con Tecnicolor y de ahí en adelante, se intercalaron los temas de su discografía en un recital de ritmo muy bien escogido. Hubo tiempo para todo, aunque todo pasaba muy rápido; señal de que el disfrute era máximo. Furia destacó visualmente y Arena y sal sorprendió gratamente por su sonido.

Hubo anécdotas reseñables, anécdotas que te hacen ver que el concierto es único, improvisaciones que generan afición y muestran la madurez adquirida; desde la diversidad de opiniones hacia Extrema debilidad, pasando por el arranque de Jose Chino a lo Héroes del Silencio, profetas muy queridos en su tierra.

Estaban cómodos en el escenario, pasándolo bien con grandes dosis de complicidad entre ellos y con el público, contentos como un niño con zapatos nuevos, nunca mejor dicho.

En varias ocasiones a lo largo de las más de dos horas de duración, la gente empezó a cantar al unísono los himnos: esas canciones que forman parte del repertorio habitual, las que nunca faltan, las más deseadas: Hermética, Ola de calor, De las dudas infinitas, Cientocero fueron algunos de esos ejemplos.

Solo queda decir que ofrecieron un recital que convenció a todos, entre los que me incluyo, y en mi memoria lo recordaré como la noche en la que me reconcilié con Supersubmarina.

Tienen el viento a su favor, les deseamos que les lleve muy lejos.

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