Séptimo episodio de las andanzas por bandcamp en búsqueda de canciones. Esta vez la protagonista es Granada.


Ni en sueños llegaré a ser una Labordeta de los sonidos nacionales, pero ya que es posible viajar desde cualquier dispositivo (llámese libro, llámese ordenador portátil o ‘cualquier-cacharro-que-creen-desde-Mac’), ¿qué mejor que brujulear por los caminos inescrutables que bandcamp nos ha ofrecido? En esta sexta etapa, servidora se desplaza a Granada, la ciudad del rock, donde ha echado la oreja a Apartamentos Acapulco, Enrique Octavo y Los Harakiri.

Apartamentos Acapulco no se localizan en segunda línea de playa ni en una comunidad de escritores maníacos cercana a San Diego. El camino que te lleva a ellos hace paradas en Los Planetas, La Buena Vida, Dolores y My Bloody Valentine. Incluso en días de chubascos y nubarrones se dejan ver por Maga. La formación original (Angelina Herrera e Ismael Cámara) ha ampliado familia y el formato de cinco suma intensidades en el directo a su talentoso amasijo de shoegaze y dream pop. Algún día hablaré con ellos de fútbol tras ver las portadas de Apartamentos Acapulco y Siete. Después ha llegado Justo y Necesario con el que es inevitable no acordarse del final de Lost in Translation después de escuchar ‘Scarlett’:

Que el amor no te lleve tan lejos (que luego no puedas volver). No, Antonio Gala no ha venido a secuestrarme el teclado ni a regalarme el oído. Bajo este rimbombante título se encuentra el título del primer largo publicado en abril de este año por Enrique Octavo. Escondido tras este regno seudónimo hace de hombre orquesta José Bolívar, músico granadino que lo mismo produce, compone, canta o ejecuta el art work del disco. Un DIY grabado en los estudios Abeto 5 y producido por La Corte Inglesa Récords en Granada. Odas al aburrimiento de pareja, a la necesidad del otro tardía y al amor en todas sus vertientes. Pop con ciertos toques de cantautor bien visible en cortes como ‘La vida ha sido un suspiro’ o ‘Las despedidas de los demás’.

Los Harakiri somos cuatro jóvenes samuráis del rock, con la misión de acabar con todo lo que conocemos y tanto nos aburre. Este alegato a la acción musical no me lo he inventado yo. Son los propios granadinos los que así se definen en sus perfiles sociales. Hace unos días re-publicaron su disco homónimo, grabado y mezclado en febrero de este año en los Estudios Sequentialee, producido por Pedro Cantudo y los mismos Los Harakiri, y editado por la Sociedad Fonográfica Subterránea. Ocho cortes que van de Parálisis Permanente a Blondie pasando por Los Wallas y Buzzcocks. O como dicen, practicando la psicodelia macarra y el surf motosierra en temas como ‘Tienes Spoonful’ o ‘Muerte al Líder’.

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