“Un domingo más” es el segundo videoclip del grupo Fundación Tony Manero y pertenece a su último disco Superficial. Analizamos el videoclip de este grupo ecléctico y funky.


Los miembros de la Fundación Tony Manero nos concedieron hace tiempo una entrevista, podéis leerla aquí, y ahora analizamos su videoclip “Un domingo más”, del disco Superficial.

El vídeo ha sido dirigido por Guillem Comas y realizado por Show Time Line.

El video comienza con un plano estático del ojo de un puente, sobre él se superponen las letras FUNDACIÓN TONY MANERO. El montaje del sonido nos alerta de que un vehículo se está acercando. Efectivamente, una furgoneta avanza hacia la cámara y, antes de chocar, gira hacia la derecha. Es una furgoneta azul y dentro de ella un tipo rubio con barba y gafas de sol conduce y es él mismo quien enciende la radio, en ese momento comienza a sonar el tema. Conduce por un puerto lleno de curvas. El color azul de la furgoneta contrasta con los colores ocres del paisaje. Un primer plano muestra cómo se zafa de un sujetador femenino sobre el cual se había sentado, intuimos, por tanto, la noche que ha tenido, más aún cuando las arcadas se apoderan de él y tiene que parar, aparcar la furgoneta y vomitar.

En ese momento la cámara avanza hacia la derecha de la furgoneta parada y vemos a los miembros de la banda mirando detenidamente lo que está sucediendo. Un primer plano de las ruedas de la furgoneta levantando polvo seguido de un plano del interior de la misma con la banda conduciendo nos da idea de que acaban de robar la furgoneta. De hecho, el siguiente plano muestra al dueño corriendo tras ellos. El toque canalla que caracteriza a la banda queda perfectamente plasmado.

La letra de la canción habla de la fiesta de la noche anterior mientras un flyer de la banda anunciando un concierto en directo el domingo es recogido por el dueño de la furgoneta, quien emprende su viaje, no sabemos si para recuperarla o atraído por el reclamo fiestero.

…será un domingo más, que no recordarás...” mientras la Fundación Tony Manero toca en medio del campo. Se insertan diversos planos  para ver cómo colocan una bailarina hawaiana en el salpicadero de la furgoneta y cómo llegan a un hotel, supuestamente para tocar. El dueño de la furgoneta vaga bajo el sol, caminando.

Ahora la banda aparece tocando al atardecer en el hotel. El dueño de la furgoneta consigue llegar, cual naufrago, al hotel utilizando una balsa. La Fundación Tony Manero, mediante una setentera pantalla partida, se asustan al verle llegar, por lo que le agasajan con collar hawaiano, cocktail y compañía. El encargado del hotel avisa del robo y, finalmente, el dueño recupera su vehículo.

 

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