Triángulo de Amor Bizarro llegaban a Madrid dispuestos a derribar la sala Ochoymedio al ritmo de su punk arrollador. Presentaban por primera vez en la capital su aclamado Salve Discordia (2016) y nadie se lo quiso perder.


Triángulo de Amor Bizarro llegaban a Madrid con el premio Ruido a mejor disco del año bajo el brazo. Pocas veces público y crítica se ponen de acuerdo, pero en esta ocasión nadie ha podido evitar rendirse ante Salve Discordia (2016).

Madrid necesitaba el directo de Triángulo de Amor Bizarro y los gallegos llegaban con muchas ganas a la capital. La guitarra afilada de ‘Desmadre Estigio’ nos daba la bienvenida para desembocar en la frenética ‘Gallo negro se levanta’, no dejaron ninguna duda de que el protagonista indiscutible de la noche iba a ser Salve Discordia (2016), el cual desgranaron en su totalidad.

Triángulo de Amor Bizarro llevan años consolidando un sonido propio, endiabladas guitarras y ritmos oscuros puestos a centrifugar a máxima potencia. Con Salve Discordia (2016) los gallegos han querido salir de su zona de confort para demostrar que pueden hacer un ruido descomunal y levantar pogos viscerales con cadencias que van del reggae al pop cincuentero sin abandonar ese punk  marca de la casa. Logrando que temas como ‘Barca quemada’ o ‘Qué hizo ella cuando la encontró’ se erijan como himnos de una generación, porque su “habría votado a la derecha por ti” ha traspasado la frontera para convertirse en uno de esos versos que marcan una época.

Triángulo son animales de escenario, no saben tocar lento y siempre disparan a matar; por eso no dudan en lanzar a bocajarro clásicos como ‘Amigos del género humano’ o el ‘Fantasma de la Transición’ con los que el pogo de las primeras filas se desata y termina en una ducha de sudor y cerveza compartida por jóvenes y no tan jóvenes. Es de admirar la variedad de público que congregaron, desde veinteañeros que no dejaban de saltar a adeptos que peinan canas pero no dudan en entregarse a los envites de Zippo.

Con un estudiado dominio de los tiempos la banda gallega bajaba las revoluciones del directo con su particular versión del clásico de los Beach Boys, ‘Sloop John B’ transformada en ‘A Cantiga de Juan C’, toda una oda a la morriña gallega dedicada al hermano de Isa, Juan Cea. Esta aparente calma mutó en tempestad con ‘Ellas se burlaron de mi magia’ y ‘Seguidores’, que fue coreada de principio a fin por un público que ya ha adoptado los nuevos temas como himnos.

Isa Cea ha ido ganando protagonismo sobre las tablas; Rodrigo, Rafa y Zippo la arropan con voz e instrumentos, pero ella brilla con luz propia acaparando todas las miradas e hipnotizando al respetable con su movimiento de flequillo. Llevaron hasta el fin la máxima que gritan en su ‘Estrellas Místicas’ y es que la sonrisa no se les cayó de la cara ni un instante, desde el primer minuto alcanzaron una simbiosis total con su público, que se entregó sin reservas en cada corte.

En plena ola de frío Triángulo de Amor Bizarro desataron un  auténtico incendio en la sala Ochoymedio. Quedaban por quemar los último cartuchos y los gallegos prometían seguir subiendo la temperatura, ‘Barca quemada’ llegó entre la aclamación popular para terminar siendo coreada por más de mil gargantas que mecían a una fan que nadaba entre las primeras filas. Con ‘De la monarquía a la criptocracia’ llegaba ese final arrasador al grito de “arréglame, arréglame, arréglame”, pogo brutal y vasos voladores. No hacía falta un bis, durante las casi dos horas de concierto los gallegos demostraron con creces porqué se han erigido como la banda nacional más importante del momento.

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