Todo gran artista, aunque él no lo sepa, como decía Quique González, tiene un clon. En España es un fenómeno que sufrimos a menudo y no sólo con personas, también con formatos y otros productos.


A veces no es un clon, pero lo intenta, o incluso sin intentarlo resulta asombrosamente parecido. Asombrosamente es una palabra que seguramente ninguno de vosotros haya escrito nunca. Nosotros no lo habíamos hecho y no íbamos a perder ocasión. Se venera con frecuencia a artistas internacionales e incluso se les ve como precursores o genios, cuando claramente están imitando a su ídolo. En los 70, 80 y parte de los 90 nos la podían colar, pero ahora con youtube las cosas no resultan tan sencillas. Según triunfa algo todos habréis pensado alguna vez:

– Joder, qué fácil, y encima se está forrando, ¿y si hago yo lo mismo?
– No, -te respondes- la gente no va a ser tan tonta, me van a poner la cara colorada.
Te sorprenderá saber que sí. Que sí que somos así de gilipollas, así que ya puedes empezar
tu carrera de plagio en múltiples campos. Todo el mundo tiene su clon

Al igual que todos sabéis que Pablo Motos se dedica a fusilar contenidos de programas americanos sin citar la fuente, sabéis de muchos artistas que cantan, visten o componen de una manera extrañamente parecida a la de otros. Pero no se dice, porque los medios viven de ellos. De hecho los medios musicales, como sabéis, ingresan millones y millones de euros hablando de estos artistas. Como éste para el que escribimos. Pero eso es otra historia. Os desvelamos varios motivos que llevan a muchas publicaciones a comportarse de este modo:

  1. Los periodistas son amigos de los artistas, ya sean músicos, actores, productores o todo a la vez.

  2. Si te metes con el artista, no tienes entrevista, periodista (aunque tienes rima, que también es una cosa a tener en cuenta).

  3. Llega un punto en el que el sujeto en cuestión imita tanto a su ídolo que da hasta lástima, y total, tampoco hace daño a nadie, así que para qué le vamos a hacer pasar un mal rato.

  4. El caso es que me suena de algo, pero tampoco sé cómo se llama el americano ese tan parecido.

  5. Para escribir eso en mi publicación de música, tendría que saber escribir un artículo y ampliar mi vocabulario, y tampoco es que sepa redactar frases más allá de las que copio y pego de otros medios, como “una de las mejores bandas emergentes”, “vuelven con más fuerza que nunca”, o “un trallazo de buen rock patrio”.

Vamos a poner las cosas claras con ejemplos. Sabemos que solo la aparición de esos dos nombres en la misma frase va a hacer que os sangren los ojos. Nos alegramos de ello.

Andrés Calamaro y Bob Dylan

Es increíble cómo Bob imita a Andrés, incluso en sus peinados. El tipo además tiene los cojonazos de contratarle como telonero cuando viene de gira a España.

Morrisey es el Miguel Bosé inglés

Es así. Morrisey de momento está centrado en llevar camisas hawaianas abiertas para enseñar la pelambrera, pero en cuanto conozca el lino y el Starlite Festival se mimetizará en Bosé, os lo anunciamos en primicia. Ya le pasó a Bowie cuando quiso imitar a Miguel.

Oscar Jaenada quiere ser Johnny Depp

Desde el fracaso de aquella serie llamada “Piratas”, algunos le llaman Oscar Faenada. Sus mutaciones en otras personas ya venían de lejos, recordad cuando hizo de Camarón y se parecía más a él que el propio Camarón a sí mismo.

Lo de Vis a Vis y Orange is the new black

¿Qué coño es eso? Hemos buscado información del tema y en ninguna parte hemos encontrado ninguna referencia a la serie de Netflix. Por lo que parece que están tan contentos con el nuevo formato que han inventado.

Owen Wilson aspira a ser un Jesús Calleja.

Ha empezado por el pelo y la cara, pero el siguiente paso inequívoco son las expediciones a varios ocho miles. Como no le financia Red Bull se está hinchando a hacer películas para recaudar fondos, así, hasta que tenga pasta para irse a hacer documentales de cumbre en cumbre.

Leiva y los Stones

Un caso curioso, que se podría titular “Por qué hablamos de rock cuando queremos decir pop”, pero como lo importante está en la actitud, en limarse las piernas para que te entren los pantalones de pitillo y abrirlas mucho para las fotos, como si fueras Almudena Cid, hacemos la vista gorda.

Santi Balmes, de Love of Lesbian, quiere ser Jarvis Cocker

Aquí el problema es que hay una parte de su público que piensa que Jarvis Cocker es una raza de perro y otra parte que piensa que es el hermano de Joe.

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