Stay han sido capaces de plasmar en The Mean Solar Times el sonido de algunas de las bandas más influyentes de la música británica desde la década de los 60 hasta hoy, un logro gracias al cual es imposible quitarse su álbum de la cabeza.


Me costó enfrentarme a The Mean Solar Times, los crowdfundings son apuestas, y yo soy de los que odia apostar porque odia perder. Sin embargo, no pude resistirme al encanto del vinilo cuando llegó a casa. Para que luego digan que es lo mismo el formato digital que el físico. El nuevo álbum de Stay tiene muchas cumbres, algunas que pudimos conocer de forma anticipada en forma de adelanto, y otras que solo descubrirás cuando te enfrentes por completo al conjunto del disco. El comienzo no puede ser más embriagador, ‘Pinkman’ evoca a los primeros Kasabian, aquellos que combinaban trazas The Stone Roses con otras de Primal Scream. Una constante sonora -los ecos de The Stone Roses- que se repetirá a lo largo de todo el nuevo disco de Stay. Al cóctel ya presente en la canción, hay que sumarle la presencia de Andy Bell (RIDE, Oasis y Beady Eye) a la guitarra, que termina por empaquetar un corte redondo, rematado de forma superlativa. Crear una canción de pop rock de seis minutos y medio no es fácil, pero ‘Pinkman’ tiene los suficientes ingredientes de calidad como para mantener en estado de alerta al oyente durante todo el minutaje, y por favor no se pierdan el último tramo. Saltándome el orden de canciones del álbum, me dirijo hacia la segunda colaboración del señor Bell, ‘Smiling Faces’. Como no podía ser de otra forma, vuelven a sobresalir las guitarras, aunque aquí hay que destacar también la capacidad del vocalista Jordi Bel para adaptarse a cualquier registro estilístico, algo que será una constante en todo el disco, además el tiempo medio de la canción no será una dificultad para hacerte bailar. Toca completar el primer tramo del análisis con ‘Dirty and Alone’, el tercer tema en el que el miembro de Oasis participa. La canción va de más a más sin perder aliento, incluso en el pequeño interludio instrumental que se permiten a mitad del camino. La conclusión no puede ser otra que la de que la inclusión de Andy Bell ha sido un golazo por toda la escuadra, que se diría en el argot futbolístico. Poder contar con un músico de su categoría es un lujo para cualquier banda, y además da la impresión de que desde Stay han sabido acomodarlo a la perfección. No voy a hablar de colaboración histórica, porque es temprano para ello, pero el paso de los años va a sentarle genial a canciones como ‘Pinkman’, que amenazan con ser una de esas rarezas llamadas “clásicos atemporales”.

Continuando el análisis, ya sin Andy Bell de por medio, uno es consciente de que se siga el orden que se siga, Stay han dejado un poco de lado la psicodelia para adentrarse en el pop británico. Aunque claro, el pop británico a lo largo de su historia siempre ha estado de una forma u otra, influenciado por la psicodelia, y si a la ecuación le añadimos los antecedentes de Stay, los ecos ácidos acaban siendo tangibles. ‘Always Here’ es la segunda canción de The Mean Solar Times, siguiendo a ‘Pinkman’. Aquí se comprueba lo escrito en la primeras fases de este párrafo: es pop sí, pero más complejo, con más matices. Continúan con ‘Last Time’, cuyo comienzo instrumental es arrollador, y que ahora sí, nos zambulle en la neo psicodelia a base de ritmos cercanos al funk. ‘You Know It’s Right’, el quinto corte -precedido por ‘Smiling Faces’- tiene la función de contrapunto rítmico, y suma un nuevo tanto a la nota de Jordi Bel, capaz de adaptarse a todo, incluso a un sonido más propio de la Costa Oeste americana. El teclado también empieza a tomar protagonismo, algo que en la segunda parte del álbum será una constante. Stay no podían no explorar el sonido oriental, y en ‘Mind-Blowing’ lo hacen de forma notable gracias al uso del sitar. Además, y esto es muy interesante, no invitan a la meditación, ni siquiera a la confusión, ‘Mind-Blowing’ empuja al baile gracias a un estribillo explosivo y un final con aires de jam. En ‘I’m Way’ sí que parecen hacer lo que he negado anteriormente, pero hay tanto sonido pop, y este es tan pegadizo, que sumado al rápido tempo, acaban por sumergirte en una especie de carnaval. Salimos de los confines del antiguo Imperio Británico con ‘Shake The Sun’, aquí nos enfrentamos a un tema soleado (hace honor a su nombre sí), de esos que te alegran un día. ‘Hide Away’ ya muestra que el telón está cerca de cerrarse. Más oscura que su predecesora, con un tono más triste tanto en letras como en melodía, termina de convencer a cualquiera acerca de la versatilidad de la banda. Cierra The Mean Solar Times ‘All In Your Eyes’, un monumento a la psicodelia británica. El teclado no podía no ser protagonista absoluto en algún momento del álbum, y aquí para disfrute del público lo es. Artistas contemporáneos como Jacco Gardner han explorado estos territorios cósmicos descubiertos por Pink Floyd, pero es que además Stay se han permitido el lujo de hacerlo de forma eléctrica, rozando el noise -la construcción preciosista del álbum impide cualquier mención de carácter lo fi– con unos solos instrumentales que son un viaje dentro del viaje. ‘All In Your Eyes’ es el final perfecto, tan redondo que finaliza de forma parecida a cómo empieza.

The Mean Solar Times acaba siendo un exquisito viaje por el Reino Unido de la Gran Bretaña, realizado desde un estudio en Barcelona. Lo que de primeras eran referencias a The Stone Roses, acaban convirtiéndose en otras a Oasis, Pink Floyd, The Beatles, The Jesus & Mary Chain o Teenage Funclub: dios salve a la reina. Stay han acertado de lleno en la composición del disco, y en la elección de Owen Morris como productor. El galés ha demostrado ser el adecuado para compactar los ingredientes, y fabricar una bomba sonora que destile un sabor diferente a cada escucha. Stay suenan menos psicodélicos pero más complejos, ¿contradictorio? Desde luego que no.

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