Aunque todavía no disponemos de una edición en castellano, esta nueva serie de Image Comics resulta de especial interés para los aficionados a la música en su variedad más setentera.


.Texto: Diego Nistal

El auge actual de la novela gráfica ha permitido que una gran variedad de temáticas haya encontrado acomodo en el cómic. La música no ha sido una excepción y, si bien los tebeos en los que esta desempeñaba un rol central nunca han escaseado, hoy es más fácil que nunca poblar nuestras estanterías con ellos. ‘El quinto Beatle’ es quizá uno de los ejemplos más atractivos aunque sin salir de nuestro país podemos encontrar obras tan recientes — y dispares — como ‘Heavy 1986’ o ‘Alfa, Beta, Bronson’. 

La mayoría de estos cómics de naturaleza musical son novelas gráficas, con las series periódicas siendo mucho menos comunes. ‘Rockstars’ viene a ser una nueva incorporación a este nicho no del todo desierto pero tampoco particularmente poblado: ‘Phonogram’ y ‘Black Metal’ son dos de sus más conocidas predecesoras, con la primera reinterpretando la era del britpop desde un ángulo más mágico de lo esperado, mientras que la segunda emplea el humor para explorar las convenciones del género musical del que toma su nombre.

De manera similar a lo llevado a cabo por ‘Casi famosos’ en el cine o ‘Vinyl’ en la televisión, ‘Rockstars’ emplea el universo musical de la década de los setenta como telón de fondo sobre el que desgranar su historia. Sin embargo, la línea temporal principal tiene lugar en la actualidad, con el aspirante a investigador Jackie Mayer y la periodista musical Dorothy Buell investigando asesinatos y desapariciones de groupies que tuvieron lugar cuarenta años atrás. Jimmy James, el guitarrista de la enigmática banda Blue Rider (y trasunto apenas disimulado de Jimmy Page) parece tener alguna relación con un caso que poco a poco cobrará tintes decididamente sobrenaturales.

Sería prematuro evaluar un comic book del que tan solo dos números han sido publicados: un análisis en profundidad tendrá que esperar al menos hasta que la serie haya completado su primer arco argumental (titulado ‘Nativity in Blacklight’). Pero sí resulta posible afirmar que el dibujo de Megan Hutchinson hace sobrada justicia al guión de Joe Harris; siendo la colorista Kelly Fitzpatrick quien termina de redondear el aspecto visual mediante el empleo de una bien escogida paleta de colores casi planos, que le proporcionan a la obra un incuestionable aire vintage de inspiración psicodélica. En lo estrictamente argumental, los elementos relativamente novedosos se alternan con no pocos lugares comunes, resultando especialmente desganado el uso de una desaparición femenina como punto de partida para la trama. También está por ver si el personaje de Dorothy conseguirá funcionar como una auténtica coprotagonista o se verá relegado a una posición de simple escudera o interés amoroso de Jack. Sobre todo, espero que ‘Rockstars’ consiga narrar una historia interesante por sí misma, para lo cual deberá alzarse por encima de la acumulación de referencias y los devaneos nostálgicos que necesariamente ha de incluir una obra de estas características.

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