El multidisciplinar Ian Svenonius ofrece las claves y estrategias para formar una banda de rock de éxito abrumador. Humor y crítica a la industria musical en Estrategias sobrenaturales para montar un grupo de rock, publicado en España por Blackie Books. 


¿Qué ocurriría sin juntásemos al inventor de los programas televisivos de cocina, al presentador de Bricomanía y a un purista del rock? Que posiblemente el material que saliera de esta atípica mezcla fuese similar al contenido de Estrategias sobrenaturales para montar un grupo de rock de Ian Svenonius (Blackie Books, 2014), manual al uso en el que su autor te cuenta cómo formar un grupo musical sin caer en el intento.

El arte, ese elemento siempre en lucha por ser independiente de todo tipo de medición y que, sin embargo, los críticos cargan día y noche con cajones estancos en los que definirlo. Estilos o listados interminables sobre qué debes ver, leer o escuchar antes de morir. Como suele ocurrir, esas directrices son muy válidas en el apartado teórico pero en la práctica siempre olvidan un dato importante: el gusto. Esa curiosa sensación por la que tu cabeza puede sentir la misma atracción por un disco de The Doors que por el último hit de La Casa Azul. Precisamente, en Estrategias sobrenaturales para montar un grupo de rock se parte de una serie de premisas que, ejecutadas, convertirán a cualquier aprendiz en una rock star. Estos pilares básicos saldrán a la luz durante una sesión de espiritismo en el que Brian Jones o Paul McCartney dan las claves. Parece una broma, ¿verdad?

Según una avanza en su lectura, el surrealismo va cogiendo forma de manera que es imposible no esbozar una sonrisa en su lectura. Igual que ocurre con Pennac, en sus líneas prima el humor pero nunca esconde las aristas de una realidad cruel. Bajo esta capa de hilaridad, Svenonius aprovecha que el lector se encuentra con la guardia baja para liberar verdades sobre la vinculación de los estilos musicales con las bandas callejeras, la imbecilidad patente en los críticos y sociedad actuales (¡acabemos con la doble moral y el snobismo!) o las normas no escritas del fenómeno musical. El poder de la muerte, la virtud de ser un descarriado o las estrategias de marketing utilizadas durante años son sólo algunos ejemplos del dedo en la llaga. Posiblemente no se convertirá en un libro de cabecera, pero sirve para mover neuronas.

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