Tras la reciente publicación de su nuevo disco, El ingobernable azar, Estereotypo vuelven a la carretera para hacernos bailar con sus nuevos temas como ya lo hicieron con sus anteriores trabajo. Esta nueva gira arrancará el 13 de marzo en la Sala López de Zaragoza y pasará por Barcelona, Santander, Madrid y  festivales veraniegos como el Gigante.


Con motivo del comienzo de la gira de El ingobernable azar tenemos el placer de entrevistar a David Van Bylen, cantante de Estereotypo, quien nos habla de los recientes cambios por los que ha pasado el trío, de su cambio del inglés al castellano y del cambio de estilo que han experimentado, esta vez con más presencia de guitarras pero con la misma base bailable a la que nos tienen acostumbrados.

En primer lugar, ¿quiénes formáis el trío Estereotypo?

David Van Bylen, Sergio Madrazo y Piloshka. Para más detalles os invitamos a “googlear”, aquí hemos venido a hablar de nuestro libro ja ja ja ja

Nacisteis como Estereotypo hace ya casi una década, allá por el 2006, ¿cómo surge el grupo?

Sergio y yo nos conocíamos de un grupo anterior que era demasiado tranquilo y acústico para Sergio, y demasiado poco alegre y poco bailongo para mí, así que empezamos a tramar un plan: crear Estereotypo, la fusión perfecta de rock y electrónica que convirtiese cualquier concierto en una auténtica fiesta. La repentina disolución de ese grupo (por causas ajenas a nosotros) desencadenó el proceso.

¿En qué momento os disteis cuenta de que lo vuestro era la música? ¿Te dedicas plenamente a esto o lo compaginas con otros trabajos? Cuando de pequeño te hacían la típica pregunta de qué quieres ser de mayor ¿ya sabias que querías ser músico o soñabas con otras cosas?

Aquí cada uno tiene su historia. La mía es que desde siempre he querido hacer música, aunque durante mucho tiempo lo relegué a la categoría de hobby, por eso de que “la música no te dará de comer, quítate esos pájaros de la cabeza”. Pero al final la vida ha dado las vueltas necesarias para que finalmente me encuentre donde siempre había querido estar, viviendo de hacer música. Eso sí, con un montón de frentes abiertos trabajando en paralelo, como algunos ya sabréis.

Recientemente habéis sufrido un giro de 180º, cambios en los integrantes del grupo y un cambio muy radical, pasáis del inglés al castellano. ¿Cómo han afectado todos estos cambios al grupo?

Es un cambio grande y llamativo pero no lo consideramos un giro tan radical. El cambio ha afectado muy positivamente al grupo, pues ése era su objetivo. Habíamos llegado a un punto en el que necesitábamos un gran reto, para motivarnos y afrontar el futuro con el optimismo y las energías necesarias.

Respecto al cambio de idioma, muchos grupos nacionales han pasado por este mismo proceso ¿qué os ha llevado a tomar esta decisión? ¿Os sentís más cómodos a la hora de componer y cantar en vuestra lengua? ¿Cómo ha sido el proceso de composición de este nuevo disco?

El motivo de fondo de esta decisión ha sido el ser conscientes de que estábamos desaprovechando una potentísima arma de conexión con el público: las palabras. Si cantas en inglés, muchas veces pasan desapercibidas, y desaprovechas ese gran poder que pueden tener. El detonante de la decisión ha sido la necesidad de marcarnos un reto, como veníamos comentando….

Una vez roto el hielo, la verdad es que nos sentimos muy cómodos escribiendo y cantando en castellano. Es más trabajoso, pero también más gratificante.

El proceso de composición de este nuevo disco ha sido muy abierto y muy variado, de hecho ha sido el más libre de todos nuestros discos. Hemos utilizado caminos diferentes para cada una de las canciones. El idioma ha afectado. En inglés era relativamente fácil hacer toda la canción sin letra y luego ponerle letra. En castellano no lo es tanto. Y eso ha hecho que muchas veces hayamos abandonado esa forma de componer que daba toda la prioridad a las melodías y la música. Muchas de las nuevas canciones han partido de una melodía ya con letra, o una letra. Otras se han ido construyendo a la vez música y letra.

Con El ingobernable azar habéis relegado a la electrónica en un segundo plano, pues en vuestros anteriores trabajos, como en Estereotypo, jugaba un papel muy importante ¿qué nuevos instrumentos habéis introducido en este nuevo disco? ¿Es diferente la forma de grabar en el estudio un álbum electrónico que uno más guitarrero?

En este disco hemos recuperado el sonido de banda que habíamos perdido un poco en el anterior trabajo. Recuperamos las guitarras, tiramos menos de percusiones electrónicas, añadimos presencia vocal, armonías vocales, coros, e introducimos instrumentos inéditos en nuestro repertorio como el ukelele, las congas o las percusiones caribeñas.

La forma de grabar el álbum no ha sido tan diferente como podría parecer. La diferencia está sobre todo en las canciones, en los instrumentos con los que grabamos, y en la producción, que en este caso es menos pulida. Hemos dejado que las imperfecciones jueguen su papel, y hemos optado muchas veces por elegir tomas imperfectas pero frescas y espontáneas.

Desde vuestro Join the Electro Funky Party hasta El ingobernable azar hay una gran diferencia de sonido, pero todos vuestros trabajos tienen algo en común: las ganas de bailar. Es imposible escuchar cualquiera de vuestros temas sin que se te vayan solos los pies, ¿cómo conseguís impregnar todos vuestros temas de esa esencia tan bailable?

Porque es lo que buscamos, y es lo que nos sale. De todas las ideas que surgen las que más nos gustan (y con las que nos quedamos siempre al final) son precisamente esas que tienen tanta energía, ritmo y buen rollo que nos conquistan por los pies, je je.

En el tema “A todos nos pasa” cantáis: Demasiada gente haciendo lo mismo no puede tener sentido. ¿Creéis que esto puede ser aplicable a la industria musical? En concreto a los festivales, demasiada gente planificando sus vacaciones en función de los infinitos festivales veraniegos que proliferan, ¿pensáis que en algún momento esta burbuja festivalera explotará?

No se nos había ocurrido aplicar esta frase al contexto de la industria musical, la verdad.

En cuanto a si creemos que explotará la burbuja festivalera, seguramente acabe explotando en algún momento, como todo, pero esperamos que ese momento tarde mucho en llegar.

El 13 de marzo arrancáis la gira de El ingobernable azar en Zaragoza y recorreréis durante los próximos meses la Península, ¿cómo afrontáis esta gira? ¿Creéis que el público debería empezar ya a entrenar para aguantar todo vuestro concierto moviendo las caderas sin que les entre flato?

Ja, ja, ja, los primeros que deberíamos entrenar somos nosotros, que como siempre andamos apurados con todos los preparativos, el lanzamiento, la promo, la gira, las infinitas gestiones extramusicales… en fin, cosas del DIY, cosas de ser indie je je.

Tenemos unas ganas de llevar El ingobernable azar al directo que ni te imaginas.

A Piloshka la conocisteis al colaborar con ella en una banda sonora para una película, si pudieras ponerle la banda sonora a cualquier película ¿a cuál te hubiera gustado?

Buf, ahí me pillas ¿Trainspotting? ¿Pulp Fiction? ¿El club de la lucha? ¿Matrix?

Para terminar, ¿qué disco te ha enganchado especialmente en los últimos meses? ¿Y en la adolescencia qué disco rayaste de tanto escucharlo?

Una de mis últimas enganchadas ha sido Parov Stelar

En mi adolescencia rayé hasta la saciedad el August and everything after de Counting Crows

 

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