El Progreso salió el pasado 8 de abril y nos muestra a un Sr. Chinarro de aires renovados. Con la genialidad de siempre y con una compañía igualmente genial. El sevillano se ha estrenado con El Segell (Primavera Sound) a lo campeón.


Sr. Chinarro siempre me ha parecido un artista sencillo -que no fácil- algo que probablemente sea un halago para él. Para mí sin embargo era una especie de señal de “ceda el paso”, nunca encontraba los alicientes suficientes como para enfrentarme de verdad a su música más allá de escuchas ocasionales y canciones emblemáticas. Con El Progreso, esto ha cambiado.

No hay dudas acerca de que Sr. Chinarro despliega todo su ingenio sobre las letras, que una tras otra van creando versos en ocasiones finos e ingeniosos, y otras tantas gruesos y romos. No hay mejor vía para difundir tu mensaje que usarlas todas, el más avispado disfruta de la acidez de los primeros, y los menos hábiles creen ver la luz con la potencia de los segundos. En El Progreso, Sr. Chinarro continúa siendo el mismo, el que desliza la daga, el que golpea con el mazo. La temática, que es la que le da nombre al álbum, formada en torno al totum revolutum de canciones, es en este sentido el arma suprema. Sutil con la citada daga, y aparatosa como el mazo. Porque el progreso no existe, porque el progreso es un veneno alucinógeno que nos genera visiones en vida, pero que desaparece justo antes del final, cuando con la serenidad y perspectiva del condenado caemos en la cuenta de que todo es una invención para que todo continúe igual. Pero no todo es tan malo, al menos hemos vivido. Este es, a grandes rasgos, el leitmotiv de El Progreso, un escenario sobre el que Sr. Chinarro se encuentra cómodo. Diría que incluso se encuentra más cómodo que en Perspectiva Caballera, donde su desnudez fue conmovedora. Sin embargo aquí parece vestir sus mejores galas, aquellas que solo puede permitirse vestir un clásico de la música española que mantiene se mantiene en su mejor forma.

Porque es en lo musical, donde Sr. Chinarro, ha optado por el cambio. Ahí está la producción de J, ahí está Florent a la guitarra en ‘La Mujer‘, ahí está el genial acompañamiento de Soleá Morente en ‘El Progreso‘, ahí están varios de los componentes de Pájaro Jack (una de las mejores bandas de España). Todos ellos estuvieron reunidos en algún momento en El Refugio Antiaéreo de Granada para darle forma a El Progreso, para enriquecer la obra de Antonio Luque. El resultado ha sido el esperado, un álbum con más matices sonoros, con una instrumentación de mayor calidad. Para concluir: con un acompañamiento a la altura de letras. Es esta mayor complejidad melódica la que me ha atraído hacia el sevillano, la que ha logrado que me enganche a El Progreso y vuelva sobre sus anteriores discos.

¿Y las canciones? Las hay muy destacadas. El Progreso comienza fuerte, con ‘Efectos Especiales‘ y ‘La Ciudad Provisional‘. La primera contiene un estribillo que será coreado mientras Luque siga sobre los escenarios. ‘La Ciudad Provisional’ es una crítica lúcida y ácida sobre la ciudad de Sevilla, con aires aflamencados y asevillanados, que muestra la genialidad de Sr. Chinarro retratando escenarios y narrando historias. ‘Manía Persecutoria‘ mantiene el nivel a mitad del álbum, con un genial acompañamiento de cuerdas, y otra letra magnífica que gira en torno a las redes sociales y a la proyección del ego sobre estas. El Progreso‘ donde hace su aparición Soleá Morente es otra joya, una joya que en directo, siempre que coincidan ambos deslumbrará al público. Sin Morente la composición también se mantendrá, su construcción es lo suficientemente sólida como para soportar la marcha huracanada de la granadina. El tema es el punto central del elepé, el que conjuga todos los verbos que en el disco aparecen. ‘La Mujer‘ cuenta con otra participación estelar, la de Florent, que unido a J en la producción le da un regusto planetoide embriagador, que sumado a la belleza de los versos, acaban creando otro punto álgido en El Progreso. ‘Maravilla‘ es un ejercicio de estilo único, a ratos tropical, a ratos pasodoblesca. Una canción muy latina, muy divertida, de vientos ensoñadores. Cierra Sr. Chinarro con ‘Walden‘. No había otra canción que pudiera cerrar El Progreso. Porque ‘Walden’ pese a la melancolía que desprende, es un canto a las cosas buenas que tiene la vida pese a que nos empeñemos complicarla.

Sr. Chinarro es una fuente constante de buenas canciones, y parece que en El Progreso ha encontrado nuevas inspiraciones, nuevas compañías que le han ayudado a dar otro pequeño paso hacia no sé sabe bien donde. Quizás hacia la leyenda, aunque ese es un terreno sobre el que el sevillano se encuentra desde hace ya unos años. El Progreso es un bonito regalo, un álbum con el que deleitarse, un disco que prueba que progresar siempre es posible. Quizás solo haya que cambiar de camino.

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