Entrevista al grupo catalán Verkeren en su pasado paso por Madrid para presentar su último trabajo, Pudo ser Miss Mundo.


La entrevista es de hace unas semanas y Verkeren estaban ocupados con la prueba de sonido de su posterior concierto en la sala Costello. En sus palabras, las ganas por actuar fuera de sus fronteras catalanas eran visibles. Días más tarde, se publicaron los finalistas de la próxima edición de Girando Por Salas. Y allí estaban ellos. Antes de la futura gira hablamos con ellos sobre sus orígenes, sobre ‘Pudo ser Miss Mundo’, imagen y electrónica.

 

¿Qué queda de esos Verkeren que se juntaron ya en 2008?

Queda mucho. Queda la experiencia y principalmente las mismas ganas que el primer día de seguir tocando y conocer público nuevo en cada ciudad. Y de seguir haciendo música, que es lo que nos mueve. Ante nos llamábamos Nanook, cambiamos de discurso y de formación y nos convertimos en Verkeren en 2009. Pero veníamos desde 2005 como formación con Nanook.

Grabasteis en Abuelita Studios. Desde editorial nos preguntan como fue grabar con Stefano Maccarrone.

Nosotros somos amigos de Stefano (Macarrone) desde antes del proyecto de Verkeren y esa fue una de las motivaciones para grabar con él, además de gustarnos el trabajo que venía realizando. Teníamos mucha conexión tanto con sus propuestas musicales como con u manera de entender la música. Se dio la circunstancia de que él se decantó por el mundo de la producción. Primero hicimos unas maquetas y como nos gustó tanto el resultado, decidimos grabar el disco. Somos tan amigos que frecuentemente nos visita al pequeño estudio que tenemos en casa, estando presente desde el germen de la creación de los temas.

¿Qué diferencias (o similitudes) hay entre vuestro primer largo y este Pudo ser Miss Mundo?

Hay una progresión lógica y una mayor madurez tanto de manera individual a nivel de músicos como en la producción y la composición. Hay una mayor intención desde el punto de partida de la creación de la canción. Aparte, el primer disco tenía un sonido más convencional. En estas nuevas canciones teníamos la intención de que sonasen (casi) igual que en los directos. El directo era casi una obsesión (risas). La llegada de Esteban nos ha dado mucho en ese sentido. Todos tenemos muy buena relación, parecemos una familia, y eso se nota en el vivo (en las redes sociales hay un vídeo grabado durante el viaje a Madrid que no tiene desperdicio y que lo ejemplifica perfectamente).

¿Creéis que hay un mayor boom de la electrónica?

No pensamos que solo se ciña a lo electrónico. Todos los estilos que antes eran para la masa alternativa se han abierto para el gran público y eso hace que la gente se anime más con estas propuestas. Hay una masa crítica dispuesta e interesada en ellas y esto hace que hayan surgido un mayor número de grupos alrededor. Aparte, lo difícil realmente es empezar cuando te inicias en un género pequeño. No tienes esa masa con la que defender tu propuesta, así que en ese sentido tenemos suerte por haber tenido precursores.

Estáis teniendo críticas muy buenas con él en la prensa especializada. ¿Os lo esperabais?

Teníamos la premisa de que estábamos muy satisfechos con el resultado, incluso en la primera mezcla, pero no pensábamos una acogida tan buena ni por parte del público ni de la prensa.

El videoclip de ‘Laberinto’ me recuerda al anuncio televisivo de Oxford de cada vuelta del verano.

Nosotros le dimos mucha libertad creativa al director quien, si no nos equivocamos, está influido en ‘Laberinto’ por un vídeoclip de los Beastie Boys. Obviamente nos consultó (risas). Teníamos claro que el protagonista tenía que ser el baile y una historia de amor un tanto particular. La idea era captar la esencia: reflexión y cachondeo a partes iguales.

En vuestra fotografía promocional, aparecen un pavo real, un cactus, un perro y una calabaza. Sois cuatro. ¿Cada uno es uno de ellos? ¿Se trata de un jeroglífico?

(Risas) Lo cierto es que estaban allí. Mientras estábamos realizando la fotografía de la portada, recordamos que teníamos que hacernos las de grupo. Estábamos en los Estudios Canadá de Barcelona y vimos una sala con atrezzo, el perro de nuestro amigo Nico también andaba por ahí (Aguacate, magnífico nombre) y surgieron así.

Hablando de la portada, ¿cómo surgió una fotografía tan… impactante?

Lo cierto es que hubo un proceso desde que le pusimos nombre al disco. Teníamos claro que queríamos que la portada fuese una metáfora del título y del contenido del disco. Al principio hicimos pruebas con otra chica adolescente para captar la inocencia y pureza primigenia, pero las fotografías no tenían la potencia visual que esperábamos. Surgió entonces la segunda, y definitiva, opción. Primero pensamos que fuera purpurina, después diamantes y luego circonitas (risas). Mejor que fuera así y no tener que usar Photoshop (risas). Fue un tanto desagradable ya que fueron realmente vomitadas por la modelo. El resultado ha sido muy impactante y refleja perfectamente lo que queríamos: aspiras a todo y luego te das cuenta que las cosas no son como eran. Refleja muy bien el contenido del disco.

¿Quién podría haber sido Miss Mundo y se quedó en el intento?

Todos los que hemos estudiado una carrera y nos hemos quedado en el paro sabemos lo que es eso. Es frustrante. O sin trabajo o con sueldos de mierda siendo la generación más preparada (a priori).

Si no nos informan mal, se trata de vuestro primer bolo en Madrid (estuvieron en la sala Costello el pasado 4 de junio).

Bueno, estuvimos el pasado año tocando en el evento organizado por la Mutua Madrileña en el Open de Madrid de tenis y también estuvimos presentando el primer trabajo en la sala Clamores. El público de Madrid tiene muy buena fama y queremos comprobar que no somos la excepción para con ellos (risas).

¿A quién os gustaría que entrevistásemos?

A Stefano Macarrone y a Cheeto’s Magazine.

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